lunes, 23 diciembre, 2024
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Encuesta: Milei con un problema de fondo, Bregman y Del Caño rankean alto en la oposición

El Laboratorio de Observación de la Opinión Pública (LOOP) de la Universidad de San Andrés publicó los resultados de su encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública. Se trata de un estudio de alcance nacional de 1004 casos, realizado entre el 21 y el 28 de noviembre de 2024.

El trabajo -que se puede consultar completo acá- indaga sobre la «satisfacción con la marcha general de las cosas, el desempeño de los poderes políticos y las políticas públicas, la aprobación del gobierno y sobre la opinión respecto de los principales líderes políticos nacionales. También pregunta sobre tendencias sociales y temas de coyuntura política».

Estando cerca de cumplirse el primer año de Javier Milei, el estudio se detiene a consultar en un primer momento sobre la opinión general de la población respecto de la situación del país. Así, obtiene como resultado que el 52 % de los consultados está «insatisfecho» con la marcha general de las cosas, mientras que el 46 % se muestra «satisfecho». A la hora de preguntar sobre la aprobación del gobierno de Javier Milei ese número tiende a invertirse, con un 54 % que aprueba su gestión y un 44 % que la desaprueba, confirmando las tendencias a la polarización política y el leve repunte del oficialismo en las últimas semanas que también señalan otros estudios, conseguido a base de una estabilización coyuntural de la situación económica y política. Entre quienes apoyan al presidente se expresan palabras como «esperanza» o «confianza», a la vez que sigue teniendo fuerza «incertidumbre». «Asco», «rechazo» y «vergüenza» surgen en el vocabulario de quienes se oponen a la presidencia de La Libertad Avanza.

En otro plano, «Pobreza» (38 %), «bajos salarios» (36 %) e «inseguridad» (34 %) aparecen como las principales preocupaciones expresadas por los consultados.

Pensando hacia futuro, una de las contradicciones más fuertes que surge para el gobierno de La Libertad Avanza es que el 50 % de la población expresa que quiere «un Estado más grande que provea más servicios y atienda más asuntos», mientras que apenas un 28 % prefiere «un Estado más pequeño que provea menos servicios y atienda menos asuntos». El 16 % expresa que prefiere no responder sobre el tema.

La situación se complejiza aún más, dado que el 81 % dice que el gobierno debería aumentar el presupuesto de Seguridad Social, el 79,5 % dice lo propio respecto de la Salud Pública y el 71,3 % respecto de la Educación Pública.

Surge en todos estos ítems no solo una gran contradicción para el discurso oficial y su batalla cultural respecto del achicamiento del Estado, sino también una fuente para futuros conflictos, a medida que el gobierno avance aún más con sus planes de ajuste fiscal y reordenamiento de toda la economía nacional en función de pagar los abultados vencimientos de deuda pública que se esperan para los próximos meses y años. Más allá de las sucesivas coyunturas, el tema de fondo es que estas políticas tarde o temprano entrarán en contradicción con estos deseos y necesidades expresados por una gran mayoría de la población, en un contexto de 52 % de pobreza y demandas postergadas por largos años de crisis y políticas impopulares de los sucesivos gobiernos. Lejos de la fortaleza estratégica que algunos proyectan a raíz del «veranito» de Javier Milei, en estos datos se observa una fuente potencial de dificultades y lucha de clases, al ser un gobierno que no ha logrado de momento ser hegemónico respecto del conjunto de la sociedad para la aplicación de sus planes de refundar el país con más entrega, desregulación a favor del mercado y rienda suelta al extractivismo, más allá de la conformidad que de momento obtiene respecto de quienes lo votaron en 2023 y de que su principal fortaleza al día de hoy proviene de la colaboración de distintos partidos de oposición que lo dejan hacer. En este terreno, algún traspié en su política de mantener el dólar sin devaluar, un evento de shock internacional, acontecimientos de lucha de clases o traspiés políticos para el oficialismo, podrían ser factores de inestabilidad.

Otro dato de gran importancia para resaltar tiene que ver con que Myriam Bregman y Nicolás del Caño se encuentran entre los dirigentes con más imagen positiva entre quienes desaprueban al gobierno. En el caso de la última candidata presidencial del Frente de Izquierda es la tercera en ese ranking, apenas por detrás de Axel Kicillof y de Cristina Kirchner, con una imagen positiva del 48 %, por arriba de Juan Grabois que aparece cuarto en el listado. A su vez, el diputado nacional Nicolás del Caño aparece quinto en el cuadro, con 33 % de imagen positiva en el sector de los que se oponen al gobierno. Cabe resaltar que quedan por debajo de los dos referentes de la izquierda Sergio Massa, Juan Schiaretti, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y muchas otras figuras relevantes de la política nacional. Esto habla a las claras de la importancia de la izquierda como una voz en el escenario nacional.

Se trata de datos de gran relevancia, que van en sintonía con otros estudios que vienen resaltando el crecimiento de los referentes del PTS y del Frente de Izquierda por su rol coherente como opositores y su compromiso con las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Se los valora como dirigentes que han sido consecuentemente opositores al gobierno de Milei tanto en su actividad parlamentaria como apoyando todas las peleas populares. Otras investigaciones recientes -como la de la Consultora Tendencias- vienen resaltando, por el contrario, la crisis del peronismo, dado que si bien es el espacio visto como principal oposición, al mismo tiempo existe una parte considerable de sus votantes disconformes con el rol de este espacio político, no solo por el fracaso de su última gestión como Frente de Todos, sino también por los aportes a Javier Milei por parte de algunos de sus miembros en el Congreso Nacional, por escándalos como el de Alberto Fernández, por las internas del espacio o por la tregua que las direcciones sindicales del peronismo le vienen ofreciendo a La Libertad Avanza, dejando en los hechos correr el plan de Milei. La estrategia del peronismo de esperar a 2025 y a 2027 parece ser fuente de disgusto entre muchos de sus votantes.

En resumen, este estudio de la Universidad de San Andrés viene a confirmar, entonces, el gran desafío y la gran oportunidad que tiene la izquierda para proponerse interpelar a millones de trabajadores y jóvenes para poner en pie la resistencia a los ataques, en la perspectiva de construir una alternativa para derrotar a Milei.

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