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La historia del chavismo en Venezuela es un fenómeno complejo que se origina en un contexto de crisis social y política. El chavismo surge como respuesta al estallido social del «Caracazo» en 1989, un levantamiento popular contra las políticas neoliberales del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Este evento marcó el fin del «régimen del pacto de punto fijo», un sistema político que había dominado Venezuela desde 1958, alternando el poder entre los partidos Acción Democrática y COPEI, y manteniendo el control de la oligarquía venezolana.
Hugo Chávez, quien lideró un fallido intento de golpe de Estado en 1992, emergió como una figura carismática que canalizó el descontento popular. Tras salir de la cárcel, Chávez ganó las elecciones en 1998 con una nueva formación política, prometiendo cambios significativos. Su gobierno se caracterizó por un discurso radicalizado contra Estados Unidos y por políticas que buscaban redistribuir la renta petrolera a través de programas sociales, beneficiando a los sectores más pobres.
El chavismo se consolidó en un contexto de altos precios de las materias primas, lo que permitió a Chávez implementar políticas de redistribución sin alterar fundamentalmente la estructura económica del país. Venezuela continuó siendo un proveedor de materias primas, manteniendo su dependencia de la exportación petrolera. Aunque Chávez hablaba de un «socialismo del siglo XXI», en la práctica no eliminó la propiedad privada ni transformó radicalmente las relaciones de producción. Chávez afirmaba: “Nosotros no tenemos prevista la eliminación de la propiedad privada, ni la grande ni la pequeña”. Su objetivo declarado era fomentar una burguesía nacional “productiva”, pero en la práctica, se consolidó una nueva élite económica ligada al Estado y se profundizó la fuga de capitales.
El boom de los precios del petróleo y un relativo desinterés de Estados Unidos en la región proporcionaron las condiciones económicas y geopolíticas para el auge inicial del proyecto chavista. Las empresas transnacionales continuaron operando en sectores clave, incluyendo el petrolero, y se incorporaron nuevos actores como China y Rusia.
A nivel internacional, Chávez buscó una política exterior independiente, confrontando a Estados Unidos y apoyando a países como Cuba. Sin embargo, su política exterior también jugó un papel en la estabilización del orden regional en América Latina, promoviendo instituciones como la UNASUR.
El chavismo, a pesar de sus roces con el imperialismo, no representó una revolución socialista. El gobierno de Chávez tuvo algunos rasgos de lo que Trotsky llamó bonapartismo sui generis, buscando equilibrar las presiones del capital imperialista con el apoyo de las masas obreras y populares. Utilizó los mecanismos de distribución de la renta petrolera para ampliar su base de apoyo, implementando programas sociales y subsidios que mejoraron temporalmente las condiciones de vida de sectores populares.
Desde la perspectiva del PTS, el chavismo es visto como una tentativa frustrada de nacionalismo burgués. Aunque Chávez se postuló como representante del repudio obrero y popular contra el puntofijismo y tuvo un discurso radical, su gobierno no afectó significativamente los intereses de la burguesía nacional y terminó consolidando una nueva élite económica ligada al Estado.
Con la caída de los precios del petróleo a partir de 2014, el chavismo enfrentó una crisis económica severa, marcada por una hiperinflación y un colapso de los ingresos de la clase trabajadora. La situación se agravó bajo el gobierno de Nicolás Maduro, quien continuó las políticas represivas y enfrentó una creciente oposición interna y externa. Con el tiempo, el chavismo derivó en un régimen autoritario y entreguista a capitales internacionales, que se transformó en cuasi-dictatorial bajo Nicolás Maduro. Esta evolución se debió a las contradicciones internas del proyecto chavista y la crisis económica que siguió al auge petrolero.
Lecciones Políticas y Estratégicas
El PTS enfatiza la necesidad de preservar la independencia política y organizativa de los revolucionarios frente al chavismo. Consideran que enfrentar a Maduro, pero seguir reivindicando a Chávez, compromete la independencia de clase. Abogan por un reagrupamiento de las fuerzas de la izquierda anticapitalista y socialista para superar por izquierda el chavismo.
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