Basta con recorrer la ciudad entre las 16 y las 18 para ver esta escena en bares puntuales de la ciudad: mesas abarrotadas de personas, exuberantes meriendas con café, croissant, tostadas o tortas, e incluso en algunos sitios hay hasta filas para conseguir lugar donde sentarse. Desde hace alrededor de dos años, en Rosario se vive una fiebre por las meriendas que a su vez impulsa a los bares de la ciudad. Sin saber qué dio origen a qué, la gran duda es si el boom de las cafeterías de especialidad llegó para atender la alta demanda de meriendas o si la moda de la hora del té surgió antes, a partir de la diversidad de bares y cafeterías que han aparecido en el último tiempo.
Suplemento Negocios del diario La Capital salió a buscar la respuesta de la mano de los que están detrás de esta movida: cuatro propuestas de la ciudad, con distintos conceptos y focos empresariales, conversan sobre esta tendencia y analizan los motivos de este boom gastronómico.
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Uno de los motivos para preferir las tardes en los bares es que los costos son menores a salir de noche.
Foto gentileza Ruffo.
Motivo N°1: las meriendas son más accesibles que las cenas
“Es más barato tomar un café que un vino o una cerveza. En esa misma comparativa pasa lo mismo entre la bollería y un sándwich”, dice Franco Tosto representante de Growler Café, ubicado en la Moreno casi Cochabamba. En números, Tosto calcula que una merienda, con facturas o bollos, ronda los $5.000 mientras que al menú ejecutivo lo comercializan a $8.500. La familia de los bares Growlers es variada y cuenta con propuestas para distintos públicos, como puede ser la versión birrería o club más nocturno.
En el caso del Growler Café, Franco y sus socios entienden que la consolidación del lugar y su identidad como café, radica principalmente en su ubicación, ya que está a pasos del Parque Independencia y el club Gimnasia y Esgrima de Rosario. Por su parte, la cercanía con los Tribunales Provinciales ha potenciado el horario del almuerzo, lo que les permite establecer un paralelismo claro sobre cómo funciona cada horario.
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Franco Tosto, al frente de Growler.
Foto gentileza Growler.
Otro cafetero que coincide con este punto es Agustín Grabich, titular de Heroica Panadería: “La cuestión monetaria influye. Hoy salir a cenar puede costar unos $30.000, mientras que una merienda a la tarde ronda los $7.000”. La cafetería y tostadero que nació a fines del 2022, hoy cuenta con dos locales en Rosario (en Pichincha y dentro del Alto Rosario) y uno flamante en la ciudad de Córdoba. En cada uno, Grabich y su socio apuntan al concepto de meriendas saludables, con productos orgánicos y una trazabilidad completa de las materias primas. En su caso, la merienda con el cubo de pistacho de hojaldre, que es el producto estrella de elaboración propia, con un café de especialidad, ronda los $9.000.
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Agustín Grabich, titular de Heroica Panadería.
Foto gentileza Heroica.
La rentabilidad de las meriendas versus la de los almuerzos, es otro de los factores que los dueños de las cafeterías analizan a partir de esta tendencia: “A una merienda le podemos llegar a sacar un 35% de margen de ganancia”, explica Belén Navarro, dueña del bar y cafetería Brunch, en la esquina de Paraguay y 9 de Julio. El espacio, que nació hace tres años, y tiene fila en la puerta todas las tardes, ofrece opciones de almuerzo y merienda desde la mañana hasta las 20 hs. con una misma carta disponible todo el día: “Intentamos que las meriendas y almuerzos dejen la misma ganancia, sin dudas podés sacarle más rédito a un café que a un plato de comida. Aun así, la pastelería es la menos rentable porque las tortas tienen mucho costo de materia prima. En ese sentido, la panadería es más redituable”, agrega Navarro.
Brunch, al igual que Heroica, elabora todas sus planificaciones, lo que los lleva a analizar los números de cada plato dos veces al mes, además de aumentar precios de acuerdo al incremento de los productos que utilizan para hacerlos.
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En su análisis sobre rentabilidad, Grabich aporta: “En las meriendas tenés mucha rentabilidad porque el café y el producto de panadería que hacemos es a base de harina y agua, por ejemplo. Mientras que los almuerzos tienen menos porque llevan más elaboración”.
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Belén Navarro, es pastelera y dueña del bar Brunch.
Foto gentileza Brunch.
Motivo N°2: inseguridad y falta de transporte nocturno
En las entrevistas con los titulares de los bares, surgen otros motivos que llevan a pensar que la merienda es una tendencia que invita a un plan más sencillo que el nocturno, debido a la inseguridad y la alcoholemia cero: “Lo cierto es que la inseguridad influye. Es más seguro salir a la tarde que a la noche y eso lleva a la gente a inclinarse por planes diurnos. Por otro lado, está la cuestión de alcoholemia cero. La gente deja el auto en casa si sale a la noche, pero tiene que sumar el gasto del taxi o uber, que eleva el costo promedio de tu salida”, aporta Catalina Angeli, titular de la cafetería Ruffo Coffee Co, de Jujuy y Rodríguez. A la hora de calcular precios, Catalina afirma que una merienda promedio en su local ronda los $6.600.
Hay un punto en el cual los cuatro entrevistados coinciden: desde la pandemia, cuando el servicio de transporte público bajó notablemente su rendimiento y los controles de alcoholemia se hicieron más fuertes, la gente se volcó a salir de tarde: “La tendencia es por la inseguridad, la gente elige salir de día. Además, la pandemia cambió el consumo y la vida social de las personas y eso sin dudas afectó la nocturnidad. El transporte urbano tampoco contribuye. De noche, casi no hay colectivos”, agrega Grabich.
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Catalina Angeli, titular de la cafetería Ruffo Coffee Co.
Foto gentileza Ruffo Coffe Co.
Motivo N°3: nuevas conductas sociales
Existe un tercer punto que influye en el boom de ir a merendar y se enfoca en las nuevas prácticas sociales que marcan la tendencia: “La cafetería de especialidad es una moda, pero la merienda se volvió un plan. Acá vienen muchos grupos de amigos jóvenes o parejas”, opina Angeli. Por su parte, Navarro aporta: “Salir a merendar es más distendido y además tenés muchas opciones. Cada vez hay más cafeterías con su identidad propia y su menú”.
Frente a la consulta de si las temporadas invierno-verano tienen alguna influencia, los bares hablan de un flujo constante, pero con horarios de consumo más marcados: “La temporada de invierno tiene más que ver con el no consumo nocturno porque la gente se queda más en su casa. Aun así, la merienda es una reversión de un hábito que ya existe. Un rebranding de la costumbre. Este cambio se es impulsado través de las redes sociales porque ves platos que te atraen. Lo mismo pasó en su momento con la cerveza artesanal, la hamburguesa, el café de especialidad y ahora las meriendas. El momento birra también se reconvirtió en merienda”, aporta Tosto.