Las señales de que River volvió a ser el River de Gallardo

22/01/2025 20:59hs. Actualizado al 22/01/2025 21:47hs.

Avasallante. Este calificativo tan utilizado por Marcelo Gallardo para definir el estilo de su River en su ciclo anterior es uno de los indicios más evidentes de que el equipo de 2025 que el deté pensó, diseñó y preparó durante la pretemporada en San Martín de los Andes ya dejó las primeras señales de la identidad de juego que pretende. Las mismas señales que no había podido desarrollar en el semestre anterior porque, según su diagnóstico, el plantel no contaba con el rendimiento físico adecuado para trasladar su idea al campo de juego.

El salto de calidad, hasta el momento, es notorio. Y muy amplio. En principio, por intensidad de cada uno de los jugadores para presionar, retroceder y marcar para asfixiar al rival en todos los sectores del campo a partir de una superioridad numérica lograda por el desplazamiento en bloque para estar siempre cerca de la pelota. Un funcionamiento que comienza con la fiereza defensiva que aportan campeones del mundo como Montiel, Pezzella y Acuña y que se complementa naturalmente con el timming, la calidad técnica y la inteligencia de Martínez Quarta.

Si bien el amistoso frente a la U de Chile fue un claro preámbulo, el partido contra la selección de México en el Monumental (especialmente ese primer tiempo en el cual la sellección pareció el CARP) fue la confirmación de que el nuevo River de Gallardo está en marcha, sustentado por una marca registrada y liderado por futbolistas que representan de memoria el fútbol (y el modelo) que le gusta a MG.

Porque los regresos de Enzo Pérez, MQ, Montiel y Driussi, para él son una garantía y, lo más importante,una referencia de conducta para novatos como Galoppo (con matices, tiene cualidades de De la Cruz aunque mayor potencia física), Matías Rojas (de gran pegada y con virtudes para jugar en distintas posiciones) y el picante Tapia (por ahora errático en la definición).

Pezzella y Simón bien encima del rival (ante México) para no darle tiempo ni espacio. Un ejemplo de lo que pide MG (EFE/ Matias Martín Campaya).

Otra señal de que River está volviendo a ser el River de Gallardo es la dinámica, la versatilidad y la capacidad de desequilibrio individual y colectivo de los volantes, custodiados por un Enzo Pérez que, además, es el GPS del equipo y el organizador de juego en la fase de gestación para que tanto Meza como Galoppo y Lanzini puedan crear con libertad en la zona ofensiva, con rotación permanente de posiciones como mandato para quitarles referencia de marca a los defensores adversarios.

La ocupación de los espacios y los movimientos de desmarque también son clave en el estilo vertical y contundente que identifica al Muñeco en ataque. Por eso, trabajó especialmente con Borja para que el colombiano le sumara agilidad, velocidad y recorrido a su capacidad goleadora y a su potencia física para jugar de espaldas al arco y sacar ventaja en el juego aéreo. De hecho, celebra la evolución de un Colibrí que “vuela” sin perder su instinto animal en el área.

A horas del debut oficial ante Platense por el Apertura 2025, River ya entregó las primeras muestras de que volvió a ser un equipo que se basa en la posesión y el orden pero apuesta a someter al rival para noquearlo sin ningún gesto de piedad. Ahora llega el momento de trasladar esos primeros palotes a la competencia por los puntos. De ratificar que podrá sostenerlo ante rivales que le van a morder los tobillos como Riestra. De mantener la mesura ante el desborde de los fanáticos motivados por un mercado top. De retomar el paradigma Gallardo: hacerse cargo y no mancar en partidos calve o cuando las papas queman.

Siempre un jugador de River más que el adversario, en este caso ante Universidad de Chile (Fotobaires).

Los goles de River en los amistosos de preparación