La ciberseguridad empieza a tomar importancia en Argentina debido a que se registraron más de 1.200 millones de intentos de ciberataques durante 2023. Este alarmante escenario refleja las vulnerabilidades tanto de particulares como de organizaciones en un mundo cada vez más digitalizado, es por eso que cualquier persona puede ser un posible objetivo. Con el fin de ampliar este panorama, Canal E se comunicó con el gerente del segmento corporativo de MSA Latam, Emanuel Hermosilla.
Emanuel Hermosilla explicó que la pandemia aceleró la digitalización, expandiendo la «superficie de ataque» para los ciberdelincuentes. “Antes, los ataques estaban limitados a ciertos sectores; hoy todos somos potenciales objetivos”, afirmó. Este aumento afecta principalmente a los usuarios individuales, quienes suelen desconocer que han sido vulnerados. “Una de cada diez personas ha sido víctima de robos de datos como tarjetas de crédito”, agregó.
Cuáles son las principales víctimas de los ciberataques
En el caso de las organizaciones, los usuarios privilegiados, como altos ejecutivos o empleados con acceso crítico, son los objetivos principales. Hermosilla enfatizó la importancia de la concientización para mitigar riesgos: “Sin educación somos más vulnerables”.
La inversión en ciberseguridad mostró un crecimiento del 10%
Los ataques no solo generan pérdidas financieras directas, también incluyen incidentes en los que sistemas de venta de entradas para eventos fueron comprometidos, causando perjuicios tanto a las empresas organizadoras como a los consumidores. Para contrarrestar estos riesgos, el entrevistado subrayó la necesidad de invertir en capas de seguridad tanto en el sector público como en el privado. “En los últimos años, las inversiones en ciberseguridad crecieron entre un 8% y 10%, representando millones de dólares”, señaló.
Adicionalmente, destacó cómo los datos personales, como historiales clínicos, tienen un alto valor en la dark web. Mientras que una tarjeta de crédito robada puede venderse por centavos de dólar, una historia clínica puede costar entre 25 y USD 50. Este tipo de información se utiliza para manipular comportamientos o cometer fraudes más complejos.
En más de una ocasión el fraude comienza desde un empleado interno
Hermosilla destacó que el 60% de las vulneraciones provienen de «insiders», es decir, empleados o colaboradores internos. Aunque algunos incidentes son accidentales, como el uso indebido de dispositivos laborales, otros son intencionales, motivados por descontento o beneficios personales. Para abordar este problema, recomendó implementar controles estrictos de acceso y monitoreo. “Es crucial limitar privilegios y establecer procesos claros para prevenir el error humano y las acciones malintencionadas”, explicó.