El Gobierno nacional liberó la importación de autopartes y delegó la responsabilidad sobre la seguridad de las piezas en los fabricantes e importadores. Desde la cartera de Desregulación afirmaron que «la protección a la industria automotriz también es responsable de las fatalidades viales».
Con el objetivo de facilitar la competencia para que bajen los precios de los componentes, de acuerdo a los lineamientos del plan económico libertario, el Ejecutivo decidió flexibilizar los controles también en el sector autopartista.
La medida publicada este martes en el Decreto 196/2025 del Boletín Oficial indica en el artículo 8 que «Todos los componentes, piezas, autopartes u otros elementos destinados a los vehículos, acoplados y semiacoplados que se fabriquen o se importen serán de comercialización, producción e importación libre, no requiriendo ningún tipo de autorización previa«.
En ese sentido, la normativa que modifica la Ley de Tránsito establece que «los fabricantes e importadores serán responsables de que cada uno de dichos componentes, piezas, autopartes u otros elementos destinados a los vehículos acoplados y semiacoplados cumplan con las especificaciones». De esta manera, delega el compromiso respecto a la seguridad del material que ingresa desde otros países, en las empresas que demandan y compran los productos en el exterior.
«La protección a la industria automotriz, en tanto nos lega peores autos y repuestos, también es responsable de las fatalidades viales», afirmó el ministro de Desregulación de la nación, Federico Sturzenegger, luego de conocida la iniciativa.
El funcionario explicó que las importaciones en serie no requerirán Licencia de Configuración de Modelo (LCM) ni Licencia de Configuración Ambiental (LCA) si cuentan con certificados reconocidos internacionalmente, «reduciendo intervenciones innecesarias del Estado». Además, habilita la opción de certificar la seguridad al importar a partir de un Certificado de Seguridad Vehicular.
«Las autopartes de seguridad deben continuar con las certificaciones correspondientes para ser comercializadas. Si bien se eliminan los controles en la Aduana, que eran un mecanismo muy efectivo de verificación, ahora los realizará la Subsecretaría de Lealtad Comercial contra eventuales denuncias de particulares, empresas o cámaras empresarias», detalló a Página/12 el titular de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), Juan Cantarella.
Confiado en los mecanismos de seguridad internacional y subestimando los vigentes en Argentina, Sturzenegger argumentó que «antes de este cambio, por ejemplo, si se quería importar un auto de venta masiva en EE.UU. o Europa había que certificar su aptitud como auto y de estándares ambientales, un trámite a todas luces ridículo habiendo sido testeado y autorizado en mercados desarrollados».
Según una publicación reciente de la AFAC, Argentina está ubicada en el puesto 24 del ranking de producción automotriz mundial, donde sólo 32 países producen por encima de las 200 mil unidades anuales. En el país existen 13 empresas automotrices y 442 autopartistas.
El presidente de la entidad dijo a este diario que la decisión oficial «afectará o no, según cómo operen los procesos de control de Lealtad Comercial» y reiteró que, aunque se les facilite el ingreso a los importados, éstos deberán cumplir con los ensayos de cada norma técnica antes de ser comercializados.
En 2024, el reporte citado estima que de los 532 mil vehículos fabricados a nivel nacional, el 60 por ciento fueron exportados. Durante el mismo período, las terminales generaron empleo directo para 25.936 personas y las autopartistas para 43.429 trabajadores: el 5,5 por ciento de los puestos laborales registrados en la manufactura argentina. El año pasado, las exportaciones directas de autopartes ingresaron 1.283 millones de dólares, con un ahorro de divisas netas por 12 mil millones en moneda extranjera.