domingo, 4 mayo, 2025
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Caso Brisa Paez: la Justicia procesó responsables y demostró la brutalidad e improvisación en la instrucción de las FFAA

Fuente: https://www.dataclave.com.ar/

El 4 de abril Brisa Páez, marinera segunda de 21 años de la Armada Argentina, participó de un ejercicio de entrenamiento antidisturbios en la Escuela de Técnicas y Tácticas Navales en Vicente López. Allí -se supo luego de un intento de ocultamiento- fue golpeada en la cabeza por un instructor en una simulación de represión de conflictos civiles, y terminó en estado de coma en terapia intensiva del Hospital Militar Central “Cosme Argerich» durante once días, hasta que pudo contar lo sucedido fehacientemente.

Lo que dijo Brisa, lejos de las presiones iniciales y de la sensación de ser una «buchona» si decía la verdad, difería bastante de lo que antes de caer en estado comatoso, y por sugerencia de sus superiores, había referido: que sola y sin querer se había golpeado la cabeza contra una escalera.

Brisa Páez ingresó a la fuerza el 10 de  diciembre de 2024. Cuando menos de cuatro meses después la citaron para la práctica, ella venía de pasar cuatro horas de guardia, y no había tenido ninguna clase teórica introductoria, por lo que fue directo a la práctica sin saber siquiera qué hacer.

El simulacro consistió en dividir las fuerzas: mientras los superiores actuaban como “manifestantes revoltosos”, los estudiantes debían repeler y poner orden como agentes de la fuerza. Brisa, munida de un casco que le quedaba suelto, y un escudo pesado para su contextura, pudo presuponer que estaba en inferioridad de condiciones, sobre todo porque del otro lado estaba dispuesto a embestir Juan Gabriel Escobar, con quien había tenido una relación sentimental y un embarazo no planificado -y perdido- que se habían interrumpido solo una semana antes, exactamente el 27 de marzo.

Según testimonios de sus compañeros, perdió el bebé ese día porque «la cagaron a bailes y Escobar no hizo nada para impedirlo. Ella le había dicho que no podía hacer esfuerzo físico y cuando le dijeron que lo hiciera, Escobar se quedó sentado mirando. Fue el Cabo Sánchez que es camada del padre de Brisa el que le dijo que no hiciera más esfuerzo y la sacó de la actividad…»

Al mando de la instrucción del 4 de abril estuvo el Cabo Primero Leandro Santiago Morales y participaron en calidad de instructores el Cabo Segundo Juan Gabriel Escobar, el Cabo Segundo Diego Emanuel Ferraut, el Cabo Segundo Leandro Patricio López, el Marinero Primero Pablo Ezequiel Bucarón y el Marinero Primero Rodrigo Exequiel Tejerina. Hasta hace pocos días el secretismo era tal, que fue imposible conocer siquiera los nombres de quienes están procesados y algunos, presos por lo sucedido con Brisa.

La primera cuestión que muestra la improvisación en planes y ejercicios a los que el gobierno libertario, y su ministro de Defensa Luis Petri conmina a las Fuerzas Armadas, es que la práctica tuvo lugar por orden del Encargado de la División Seguridad de la Jefatura Militar Vicente López, el Suboficial Principal Miguel Ángel Reyes.

Reyes, frente a la jueza Arroyo Salgado, declaró que es «Suboficial de Informaciones y que de Infantería de Marina no posee conocimiento alguno. Que, aproximadamente, el día 15 de marzo de este año, el Capitán Suárez Iturralde y el Teniente de Fragata Girardi le impusieron asumir el cargo de Encargado de División Seguridad, de lo que el estuvo en desacuerdo. Al respecto, informó que en la dotación de la Jefatura de la Armada Argentina se encuentra el Suboficial Principal Infante de Marina IM Cejas, alias El Mudo que es quien debería haber ocupado su lugar, ya que él es de Inteligencia y no de Infantería marina e inteligencia no puede trabajar con seguridad teniendo un mismo encargado. Es como decir que es el agua y el aceite».

Siguió relatando que «el 4 de abril de 2025 por orden del Capitán Suárez Iturralde se encontraba trabajando en otras cuestiones dado que tenían la visita de una autoridad. Que ese día se acercó, observó que se estaban alistando para hacer el ejercicio y consultó sobre el mismo, ocasión en la que le indicaron que iban a hacer como piqueteros y que solamente los iban a empujar. Tras ello, se retiró porque según refirió de eso él nada entiende»

El Cabo Morales estaba al frente. El hombre, de casi cincuenta años, conoce su trabajo, por lo que no pudo ignorar la violencia ejercida sobre la marinera: fue un contexto de superioridad física, jerárquica, y de abuso de autoridad. Dos de los ahora imputados habrían encerrado a Brisa, mientras su ex novio, Escobar, tomó carrera y le propinó una «patada voladora» con sus dos piernas, la arrojó al piso y ya con ella caída, impidió que pudiese levantarse mientras seguía golpeando contra el escudo con el que ella pretendía protegerse. Escobar, ciego, le gritaba: «Vení, Paez! vení, Paez!«.

Ábalos y López, amigos de Escobar se sumaron desde el principio, la rodearon y ya con ella en el piso, le dieron patadas y golpes bajo expresas instrucciones de Escobar. Ábalos, además, no formaba parte del grupo de formación pues no era instructor, sino marinero compañero de promoción de Brisa.

Paez contó: «Las caídas fueron en cuestión de segundos porque cuando caíamos teníamos que reincorporarnos para poder volver a la línea. Después de eso la práctica continuó unos cinco minutos más. Los golpes eran tan fuertes que en un momento Morales se puso detrás nuestro para contener nuestros cuerpos

Todo esto consta en la causa N°FSM 11786/2025 caratulada «ESCOBAR, Juan Gabriel y otros s/ lesiones graves (art.90) y otros; víctima: PÁEZ, Brisa Antonella» del registro del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°1 de San Isidro a cargo de Arroyo Salgado.

Brisa se levantó como pudo. Un chichón crecía en su frente, le dolía la espalda. Acompañada por otro marinero, fue a la enfermería, que estaba cerrada. Mientras tanto, el Cabo Primero Morales, responsable de la instrucción, le dijo a todos los demás: «Si algo pasó acá, ustedes dicen que pasó afuera»El marinero Tejerina repitió la orden a varios más. En el edificio, y según testimonios de la causa, estaba el Teniente de Fragata Suárez Iturralde, el responsable de la Institución.

Brisa se sentía cada vez peor. La llevaron en ambulancia al Hospital Militar. En uno de sus pasillos empezó a convulsionar y le indujeron el coma que mantuvo por casi dos semanas. Cuando salió de ese estado, declaró: «En un momento el Cabo Segundo Escobar toma carrera con sus dos pies y me pega a mí a lo que yo voy directo al suelo. Ya después de eso terminamos el ejercicio, muchos de muchos de mis camadas terminan lastimados con sangre y nos dirigimos a la compañía a dejar los elementos. En ese momento, el Superior Morales nos dice que si nos golpeamos fue en nuestras casas».

El Encargado de la División Seguridad de la Jefatura Militar Vicente López, el Suboficial Principal Miguel Ángel Reyes, no estuvo presente ni antes, ni durante, ni cuando finalizó la práctica. Solo se limitó a acompañar a Brisa Paez hasta el Hospital Campo de Mayo, la parada previa a la derivación posterior al Hospital Militar.

Entre la documentación secuestrada durante el allanamiento realizado el 7 de abril de 2025 en el Edificio de Seguridad Vicente López de la Armada Argentina, se halló el  Mensaje Naval 121526 que dice que conforme a lo dispuesto en la Resolución EMGA N°45/96 «C», sobre el Plan Anual de Adiestramiento de las Fracciones de Seguridad, se confeccionó el Plan de Instrucción Semanal (PIS) de la División Seguridad de Vicente López, en el que se establecieron las actividades de adiestramiento para el personal de la división bajo análisis.

En las planillas adjuntas al mensaje se detalló el Plan de Instrucción Semanal que incluyó el adiestramiento «Antidisturbios dentro de Jurisdicción Naval» con nivel «Aceptable» a alcanzar.  

Entre ellos, se encuentra el Plan de Instrucción Semanal de la semana del viernes 4 de abril de 2025, que posee específicamente fijado el Entrenamiento Antidisturbios en Jurisdicción Naval (A.I.N.), en el rango horario de las 12:00 a 13:00 horas – Tema: Lo detallado en el RG 1.401: Nivel mínimo – Responsable: CIIM Morales.

Desde ese día, hasta que la jueza incautó los teléfonos de todos los implicados, las comunicaciones entre ellos fueron profusas. El Cabo Primero Moralespor caso, responsable de la instrucción, le mandó un audio al Cabo Segundo Diego Emanuel Ferraut, ahora también imputado, en el que le decía: «no sé en que parte la marucha dio parte de que le dolía la cabeza, no sé que mierda…y después le dolía el lomo…quiere ser infante de marina y no se aguanta una cagada a bailes, un exceso de fuerza que le duelen los músculos dejate de joder…». Ferraut opinó : «Las minas son re larvas no se puede hacer nada».

Las responsabilidades y actuaciones muy lejos de ese «nivel aceptable» quedaron claras en el expediente. La jueza Arroyo Salgado dijo que «Juan Gabriel Escobar resulta responsable de los hechos imputados constitutivos del delito de lesiones graves -hecho 1- agravadas por haber sido cometidas contra una mujer con la que anteriormente mantuvo una relación de pareja, mediando alevosía y por haber mediado violencia de género.

Reyes deberá responder prima facie por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público en carácter de autor material, dice el expediente que «se tiene probado con el grado de certeza que esta etapa exige que fue el Suboficial Principal MR. 408692-4 Miguel Ángel Reyes quien dió la órden de que, el día viernes 4 de abril de 2025, se cumpliera con el Plan de Instrucción Semanal que contempló el Adiestramiento Antidisturbio en Jurisdicción Naval, pese a que el mismo no se encontraba suscripto ni había sido previamente autorizado por el Jefe de Seguridad Teniente de Fragata Infantería Marina M.R. 029676-4 Leonardo Omar Girardi, superior del nombrado.»

La jueza consideró que se ejerció violencia institucional y violencia de género por parte de superiores jerárquicos y detalla que: «Los hechos aquí investigados reflejan, una preocupante distancia entre las prácticas institucionales observadas y las exigencias legales, convencionales y constitucionales vigentes en materia de derechos humanos. (…) Por ello, ante los sucesos expuestos es mi deber como Magistrada señalar que el Estado Argentino tiene un deber de debida diligencia reforzada, es decir, que en ámbitos institucionales como el aquí bajo análisis debe hacer más que en otros contextos para garantizar derechos. En tal virtud, habré de transmitir la preocupación que albergo al Ministro de Defensa de la Nación y al Presidente de la Comisión Unicameral de Defensa Nacional del Honorable Senado de la Nación Argentina.»

“Estamos equipando a nuestras fuerzas para restaurar el orden, declaró la ministra de seguridad Patricia Bullrich en enero de 2024, cuando preparaba las operaciones conjuntas con el Ministerio de Defensa para combatir delitos federales, internos, que no competen a las Fuerzas Armadas. Sin embargo, los decretos 1107 y 1112 del año pasado, firmados por el presidente Javier Milei, las autorizan bajo el amparo de operaciones contra el narcotráfico o el contrabando. Los entrenamientos para el control de disturbios, vigilancia fronteriza y protección de “activos estratégicos”, preparando a las fuerzas armadas para roles internos, también son una iniciativa de Petri.

¿Qué responsabilidad les compete a los ministros de ambas carteras en la implementación improvisada de estos ejercicios de instrucción, dictados por personal incompetente a noveles estudiantes sin formación previa, supervisados por personal de áreas disímiles?

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