La producción de origen israelí de ocho episodios, recientemente estrenada, es una de las más vistas del catálogo del gigante del streaming donde, en los primeros lugares, sigue imbatible “El Eternauta”
La serie israelí Un chico malo (Bad Boy en su título original), que se estrenó en Netflix el pasado 2 de mayo, un drama carcelario basado en hechos reales con toques de humor negro, se encuentra actualmente entre las producciones más vistas de la plataforma de contenidos streaming donde el reinado absoluto sigue siendo de la serie argentina El Eternauta.
La historia de Un chico malo sigue a Dean Scheinman (Guy Menaster), un adolescente problemático que vive con su madre y su hermano menor. Su vida da un vuelco rotundo cuando es arrestado y enviado a un brutal centro de detención juvenil. Allí, en un entorno hostil marcado por la violencia y el abandono, Dean debe aprender a sobrevivir. Su ingenio y su particular sentido del humor se convierten en sus principales herramientas para sobrellevar la dura realidad de la prisión.
La serie se desarrolla en saltos entre el pasado y el presente. Ya adulto, Dean se cambia el nombre por el de Daniel Chen (interpretado por el propio Daniel Chen, guionista de la serie) y se convierte en un exitoso comediante, utilizando sus traumáticas experiencias en el reformatorio donde vivió de niño como material para su espectáculo.
La trama de esta dura pero elogiada producción explora cómo Dean/Daniel tiene que lidiar con las secuelas de su adolescencia conflictiva y cómo busca encontrar luz en medio de la oscuridad.
El elenco principal de esta producción está integrado por Guy Menaster como Dean Scheinman (joven), Daniel Chen como Daniel Chen (adulto), Havtamo Farda como Zion Zoro, Neta Plotnik como Tamara Sheyman (la madre de Dean), Liraz Chamami como Heli, Bat-Chen Sabag como Keren, Ishay Lalosh como Freddie Soosan y Amjad Shawa como Anhaisy.