«Hay menos gente saliendo a consumir, y los que lo hacen gastan menos», afirman los empresarios.
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El consumo en bares y restaurantes de la ciudad de Santa Fe atraviesa uno de sus momentos más complejos.
La retracción económica, que afecta a distintos sectores del país, se siente con fuerza también en la actividad gastronómica local, donde las ventas cayeron hasta 25% respecto de meses anteriores.
“Después del verano, que es el momento de mayor movimiento, notamos una caída de ventas mayor a la habitual para esta época del año”, afirmó Joaquín Echagüe, integrante de la Asociación Hotelera Gastronómica de Santa Fe, en diálogo con UNO 106.3 FM.
“Lo preocupante es que la retracción se mantiene y no sabemos cómo va a evolucionar”, agregó.
Hay menos eventos que el año pasado
El referente explicó que si bien hay eventos que dinamizan el sector, la menor frecuencia de actividades turísticas o recreativas también impacta en los niveles de consumo.
“Hay menos eventos que hace un año, y eso se nota en la actividad general. El sector depende mucho del movimiento turístico y de grandes convocatorias”, subrayó.
Sin cierres masivos, pero con señales de alerta
A diferencia de lo que ocurre en otras ciudades como Rosario —donde se han reportado múltiples cierres de locales gastronómicos—, en Santa Fe no se detecta aún una ola de cierres, aunque sí rotación de propietarios o cambios de rubro.
“En los relevamientos que hicimos no encontramos cierres importantes, pero sí cambios de titulares o ajustes en el funcionamiento de los comercios. A veces se renueva la gestión, o el local se adapta a otro perfil de negocio”, explicó Echagüe.
Ajuste fino y preocupación por los costos
En este contexto, los empresarios del sector se ven obligados a revisar costos permanentemente, no solo por la baja en la facturación, sino también por los incrementos en tarifas de servicios como luz y agua, y el costo del personal.
“Hoy los servicios se sienten mucho más. Antes eran un porcentaje menor del gasto, pero ahora se volvieron un ítem clave para mantener el equilibrio del negocio”, remarcó el referente.
Además, señaló que los alquileres también son un punto sensible, con ajustes permanentes que deben ser renegociados entre privados.
Si bien no se ha registrado un aumento significativo en los despidos, Echagüe reconoció que algunos establecimientos aplicaron reducciones horarias o cambios en las jornadas laborales.
“Es un rubro con estacionalidad y movilidad permanente, pero esta vez el ajuste está más marcado”, indicó.
Ticket promedio en descenso
Otro dato preocupante es que no solo hay menos gente saliendo a consumir, sino que quienes lo hacen gastan menos.
“La caída en ventas se da por menor afluencia de clientes y por la baja del tique promedio. Las dos cosas juntas golpean fuerte al sector”, describió Echagüe.
Esperan las vacaciones de invierno
Con el invierno ya instalado, las expectativas están puestas en las vacaciones de julio, donde se espera que el turismo interno y las actividades recreativas generen un alivio en los números.
Mientras tanto, desde la Asociación mantienen el diálogo con autoridades locales y provinciales, aunque reconocen que las herramientas de gestión son limitadas frente a un contexto macroeconómico adverso.
“La situación es general. No es solo gastronómica. Por eso, cada local está tratando de enfrentar el momento de la mejor manera posible, ajustando costos, cuidando el servicio y esperando que el escenario mejore”, concluyó Echagüe.
Fuente: Uno Santa Fe
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