La reciente media sanción del proyecto que habilita la reelección indefinida de legisladores en la provincia de Buenos Aires desató una tormenta política que sacudió a todo el arco partidario argentino. La iniciativa, impulsada por un sector del kirchnerismo, fue aprobada en el Senado bonaerense tras un empate 22 a 22, que debió ser resuelto por la vicepresidenta de la Cámara Alta, Verónica Magario, con su voto afirmativo.
Este desenlace encendió una ola de críticas, tanto desde la oposición como desde sectores disidentes del oficialismo, que calificaron la medida del kirchnerismo como un retroceso institucional y una afrenta a los principios republicanos.
El proyecto en cuestión propone eliminar el límite de dos mandatos consecutivos para senadores, diputados, concejales y consejeros escolares, establecido por la ley 14.836 sancionada en 2016. Esta normativa había sido concebida como un mecanismo para oxigenar la política y evitar la perpetuación de figuras en el poder.
La media sanción actual, sin embargo, reabre la puerta a la continuidad indefinida de los legisladores, lo que generó un fuerte rechazo en amplios sectores políticos y sociales. Uno de los primeros en manifestarse fue el diputado nacional Florencio Randazzo, quien calificó la votación como “una vergüenza” y acusó a los senadores bonaerenses de priorizar sus intereses personales por encima de las urgencias de la ciudadanía.
“En una provincia donde la inseguridad, la educación y la salud están en crisis, los senadores se ocupan de lo que más les importa: asegurarse la reelección indefinida”, expresó en sus redes sociales. Desde La Libertad Avanza, el rechazo fue igual de contundente.
A través de un comunicado, el bloque provincial denunció que “la casta piensa que el único funcionamiento que se le puede dar al Senado bonaerense es votarse los curros para perpetuarse en el poder”. Además, plantearon un escenario binario: “Cada vez queda más claro que en la Provincia es kirchnerismo o libertad”.
Criticas
El PRO también se sumó a las críticas. Su bloque de senadores expresó su rechazo “con firmeza” al proyecto, al que calificaron como “un grave retroceso institucional que atenta contra uno de los principios esenciales de la república: la alternancia en el poder”.
Recordaron que la ley de 2016 fue fruto de un consenso político amplio y advirtieron que esta reforma contradice ese acuerdo y busca restaurar privilegios que la sociedad ya había rechazado. Incluso dentro del oficialismo hubo voces disidentes. La senadora massista Sofía Vanelli votó en contra, argumentando que el Frente Renovador siempre se opuso a las reelecciones ilimitadas.
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