Más allá del tercer puesto, detrás de Monteverde y Aleart, Unidos consiguió la misma cantidad de bancas que el mileísmo y sólo una menos que el candidato de la alianza entre un sector del peronismo y Ciudad Futura. Pullaro celebró «la remontada» respecto de los votos conseguidos en las Paso y Javkin señaló que el frente gobernante «está más fuerte y unido que nunca»
Daniel Schreiner
Una cuasipolarización que se impuso sobre los tercios, con un oficialismo que salvó la ropa: Carolina Labayru terminó tercera en la elección para el Concejo de Rosario y, al fin, logró la cuarta banca que parecía difícil de alcanzar para el oficialismo con los resultados de las Paso.
La funcionaria de Pablo Javkin, empujada en la recta final de la campaña por Maximiliano Pullaro en persona, pudo llegar al 25 por ciento. “No se lo esperaban. Muchos ya nos estaban velando”, resumió Labayru.
“Es una victoria contundente. Este va a ser recordado como el día de la tremenda remontada de Unidos en Rosario”, se congratuló el gobernador al hablar en la noche de este domingo en el Bioceres Arena. “Seguimos ganando pueblos, y pueblos y pueblos en la provincia de Santa Fe”, celebró el mandatario.
Lo cierto es que en Rosario la suerte le fue esquiva. Javkin, creador en 2011 de la boleta única, eligió a Labayru, con un perfil de gestión vinculado con el control y la seguridad ciudadana pero desconocida para las mayorías, y eso Unidos lo pagó en las primarias.
Pese a que Damián Pullaro, hermano del gobernador, fue el número dos en esa lista, el peso de la campaña hacia las Paso la llevó Javkin, quien en las últimas semanas cedió el lugar para que Maximiliano Pullaro brindara un espaldarazo a la lista oficial, en especial a Labayru.
Con el ingreso de Pablo Gavira –del sector UNO del pastor Walter Ghione– al tercer lugar luego de las Paso, la nómina añadió una figura conocida a partir de su exposición mediática y relegó al cuarto puesto a la también periodista Anita Martínez, del PRO, que al fin pudo conseguir renovar su banca.
“Estamos muy felices porque el frente Unidos está más fuerte y unido que nunca”, dijo Javkin sobre el escenario, cerca de María Eugenia Schmuck, de Radicales Libres, y de Joaquín Blanco, del sector mayoritario del Socialismo, sectores relegados en el armado de las listas, tanto para el Concejo como para convencionales constituyentes.
La campaña de Unidos, eligiendo como blanco de las diatribas a Juan Monteverde para evitar el efecto Lospenatto –la oficialista porteña que terminó derrotada por el vocero presidencial Adorni en las recientes legislativas de Caba–, resultó acertada, ya que no hubo fuga hacia el mileísta Aleart.
“Hubo baja participación. En 146 localidades ya estaba definido el presidente comunal y en una el intendente. La baja participación nos debe interpelar, tras 42 años de democracia”, dijo Pullaro en referencia al frío polar que alcanzó al electorado, una tendencia que parece irreversible en medio del desánimo y la antipolítica que llevaron a Javier Milei a la presidencia: un clima de época que la gran mayoría de la clase política –a juzgar por sus acciones– no tiene intenciones de frenar.
La mayoría automática que denunciaba parte de la oposición en el Concejo ahora, desde diciembre próximo, sufrirá una modificación: los proyectos del Ejecutivo deberán conseguir votos fuera de su propia fuerza, teniendo en cuenta que sólo retuvo cuatro de las ocho bancas en disputa.