jueves, 7 agosto, 2025
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Cristina Banegas llega a Rosario con su premiado unipersonal «Molly Bloom»

“Molly Bloom” es uno de los personajes femeninos más famosos de la literatura universal. Esposa del protagonista, es la Penélope del “Ulises” de James Joyce. Esa novela que marcó el siglo XX por su forma vanguardista, y que suscita hasta el día de hoy innumerables análisis y estudios, cierra con un monólogo interior de Molly. Ese conocido soliloquio es el que adaptó e interpreta Cristina Banegas en su multipremiado unipersonal, que se podrá ver en Rosario el próximo viernes 15 de agosto, a las 20.30, en el Centro cultural Parque de España (Sarmiento y el río).

Dirigida por la música Carmen Baliero, “Molly Bloom” se presenta como “un concierto”, un “viaje vertiginoso” por la mente de la protagonista en esa noche de insomnio, fantasías, asociaciones.

La intimidad de este monólogo interior que Joyce inventa hace de Molly una Penélope liberada de la moral victoriana, un monólogo donde la mujer expresa sin filtro sus fantasías sexuales amorosas, que empieza y termina con la palabra sí. Un gesto protofeminista surgido de la pluma de Joyce hace más de cien años.

La propuesta llega a la ciudad como parte del ciclo “En obra”, que lleva adelante el colectivo local de teatro independiente La Comedia de Hacer Arte. Con el objetivo de recaudar fondos para construir su propia sala en barrio Echesortu, desde marzo el grupo invita mensualmente a elencos y obras de otros puntos del país a acercarse al público rosarino. Ya pasaron por la grilla “Domingo, teatro total”, “Cae la noche tropical”, “Discepolín, fanático arlequín” y “Consagrada”. Todo lo recaudado en estas visitas, incluyendo la de “Molly Bloom”, será destinado a esta causa.

La historia de una adaptación

En el siglo que pasó desde la publicación del “Ulises” en 1922, hubo múltiples traducciones, adaptaciones, e investigaciones, dada la complejidad y riqueza del texto. En esa vasta genealogía se inscribió con humildad Cristina Banegas, junto a la traductora Laura Fryd (y la colaboración de Ana Alvarado). El camino de esta “Molly Bloom” que se podrá ver en Rosario empezó hace más quince años, cuando la actriz se acercó por primera vez a la novela de Joyce.

“Empecé a leer el ‘Ulises’ sola y como a las 200 páginas dije: ‘no, necesito tomar clases, estudiar, porque sola me estoy perdiendo demasiadas cosas’. Entonces tomé clases con Carlos Gamerro que daba el ‘Ulises’, y la obra de Joyce desde ‘Retrato de un artista adolescente’ hasta ‘Dublineses’, en un curso de un año”, contó Banegas en diálogo con La Capital.

En ese curso, que Gamerro dictaba en español y en inglés, Cristina se cruzó con Fryd, y juntas comenzaron la tarea de convertir el capítulo final y más extenso de “Ulises”, un “río de palabras” sin signos de puntuación, en un monólogo teatral de 53 minutos.

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“Todas las palabras son de Joyce pero no podíamos hacer el capítulo entero porque era eterno y además había un montón de cuestiones que estaban demasiado desreferenciadas. Con Laura trabajamos como dos años, porque es largo y difícil el trabajo de traducir a Molly. Después empezamos a tener problemas de derechos porque había un último heredero de Joyce, un sobrino nieto ya muy mayor, bastante excéntrico como todos los Joyce”, relató la actriz.

Mientras Banegas intentaba con dificultades entablar un vínculo con ese heredero para lograr una cesión de derechos (la alternativa era comprarlos por una fortuna a una agencia internacional), el tiempo hizo lo suyo: en 2011 se cumplieron 70 años de la muerte de Joyce y el derecho sobre sus obras pasó a ser de dominio público. Sin el problema de la herencia, Cristina y Laura finalizaron el trabajo.

“Fue difícil. Pero estábamos completamente enamoradas del ‘Ulises’, y apasionadas por la relación con la palabra. Creo que quedó muy bien realmente. Más que una adaptación, diría que es una edición porque lo que hicimos fue sacar cosas, pero no agregamos nada, no hay ni una palabra nuestra”, sumó.

Una partitura musical

Con el texto adaptado, comenzó el trabajo de puesta. “Inicialmente, llamé a Carmen para que hiciera la música y a Ana Alvarado para que me dirigiera. Ana hizo algunos pequeños aportes a la adaptación, por eso la incluimos en el libro que salió editado con nuestro texto por editorial Leviatán. Pronto nos dimos cuenta con Carmen, con quien he trabajado mucho desde hace muchos años, que el texto era la música. Entonces pensé que me tenía que dirigir Carmen, que es música”, agregó la actriz.

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“Empezamos a hacer un trabajo con el texto que es una verdadera partitura musical. Es precioso. Lo que decidimos con Carmen es que todo ese monólogo interior tenga la impronta de la velocidad de la mente. Entonces trabajo en velocidad, a galope tendido, con todas las modulaciones, inflexiones y variaciones de tonos en cada momento de lo que va asociando Molly. De modo que es muy apasionante y es muy divertido, es muy gozoso”, subrayó Banegas.

Tras una puesta inicial en 2012, Cristina y el equipo decidieron reponerla en 2024. “Esta versión creo que es mucho más interesante que la primera, es mucho más guarra”, afirmó la protagonista. Es que una de las características destacadas del monólogo de Molly es que es que se explaya sin tapujos sobre sus deseos sexuales.

“Me convertí en una actriz cómica. Yo que hice tantas tragedias, tantas mujeres asesinas, tantas cosas dramáticas. La gente se ríe muchísimo. Se ríe de lo guarra que es Molly, de sus fantasías, de sus pensamientos. De ese estilo absolutamente sin filtro en esa noche de insomnio”, detalló Banegas, que supo ser “Medea”, “Antígona” y directora de “Edipo Rey” en el Cervantes.

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Después de este largo recorrido con “Molly Bloom”, para la actriz a magia está intacta. “Sigo enamorada del texto. Es una afirmación del deseo de la mujer, es una epifanía ese final de Molly, ese ‘sí’ que abre y que cierra, que aparece cada tanto leit motiv. Realmente creo que es una joya, es exquisita y por eso la amo. Mientras tenga posibilidades, la voy a seguir haciendo porque me divierto mucho y me conmueve mucho, y creo que al público también. Así que allá vamos”, aseguró.

Finalmente, se refirió a su vínculo absolutamente vital con el teatro y con su oficio. “Me sorprende lo vivo que es, lo presente que implica. Estar presente, estar ahí, delante de ese público. Me sorprende seguir amando esa ofrenda que significa actuar. Tengo 77 años y lo voy a hacer mientras pueda, como otras cosas que hago, porque es tan gozoso estar ahí que no puedo renunciar”, cerró.

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