domingo, 24 agosto, 2025
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El misterio del Monstruo de los mangones: el asesino de casi 40 menores que nunca fue identificado

«El monstruo de los mangones» fue un asesino serial de Colombia que nunca pudo ser identificado pero que mató entre 30 y 38 personas, la mayoría de ellos menores de edad, entre 1960 y 1970 en Cali.

Los crímenes se llevaban a cabo en terrenos baldíos en zonas bien alejadas y hasta se lo comparó con Luis Alfredo Garavito, el peor asesino serial de ese país.

Este homicida le insertaba a sus víctimas agujas en el corazón o en el tórax, pero antes cometía agresiones, torturas y hasta violaciones.

Según aseguraron, solía utilizar jeringas para extraer la sangre de los menores y adolescentes a los que encontraban pálidos.

Se lo describió como un auténtico sádico sexual, un personaje oscuro y demente, posible víctima del Síndrome de REnfield (vampirismo).

Entre 1960 y 1970 se vivió en Cali con mucho temor e incertidumbre por la desaparición de varios chicos, a tal punto que los chicos que se iban a dormir tenían pesadillas con la aparición de este sujeto.

El 5 de noviembre de 1963 se supo que un menor de edad que era canillita había sido asesinado, pero los casos empezaron a reiterarse con frecuencia.

El 4 diciembre de ese año, otro niño fue encontrado muerto en unos pastizales, al tiempo que ocho días después se descubrió un tercer cuerpo sin ojos, muy cerca del río Aguacatal.

Antes de terminar 1963 otros dos cadáveres se hallaron en las cercanías de la estación del Ferrocarril y en Prados del Norte, respectivamente.​Al finalizar el año ya iban cinco homicidios de menores de edad, ocurridos en tan sólo dos meses.

En enero de 1964, las autoridades caleñas encontraron el cuerpo de un chico momificado, mientras que dos días después se descubrieron los restos de un adolescente de 12 años llamado Alberto Garzón.

En el mismo mes aparecieron otros tres cuerpos en distintos sectores de Cali, mientras que entre febrero y abril la cuenta de jóvenes asesinados se incrementó con otros tres homicidios.

Ante la ola de asesinatos, la Policía emitió una serie de comunicados a la ciudadanía donde explicaban que estos cuerpos fueron literalmente sacados de los cementerios y posteriormente lanzados en distintas zonas de la ciudad, en la mayoría de ellos en lugares desolados.

La idea era convencer a la población de que no había un criminal suelto y así poder llevar algo de tranquilidad, pero los habitantes de Cali no creyeron esa versión y exigían conocer la verdad.

A finales de 1964 volvieron los asesinatos y en total estimaron que los mismos iban de 30 a 38, entre adolescentes y menores de edad.

Las autoridades nunca pudieron establecer quién fue el autor de esos crímenes, pero apuntaron contra una persona a la que no pudieron detener pero que en la ciudad era conocida como «el Monstruo de los mangones».

El caso de este asesino serial mantuvo en vilo no sólo a Cali sino a toda la población de Colombia, a tal punto que una película que se emitió en 1982 se basó en este homicida.

La cinta, que se llamaba «Pura sangre» y era una creación de Luis Ospina, relataba la historia de un personaje que necesitaba sangre fresca de niños y adolescentes ya que padece de una extraña enfermedad.

Gran parte de la película fue rodada entre Cali y Nueva York, y se la consideró como el «primer film colombiano de terror con calidad internacional».

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