CARACAS.- En ningún país de América, de arriba abajo, se descubren tantas conspiraciones terroristas como en Venezuela. Sin embargo, el ministro del Interior [Diosdado Cabello] transita feliz por su programa 529 en la televisora pública. Cada programa de Con el mazo dando dura cuatro horas. Si se sacan las cuentas, tomando como referencia que una jornada laboral en un país más o menos normal es de ocho horas al día, el señor de marras ha dedicado 264 días a su disparate televisivo.
El sujeto, de escaso predicado, dispuso días antes de la tramoya electoral del 25M la detención de 70 personas que preparaban un plan de ataques violentos y explosivos contra embajadas, hospitales, instalaciones de generación eléctrica, infraestructura petrolera, comisarías. El desmadre total. En la emisión última de su bodrio semanal descubre que el gran triunfo del 25M fue la paz. Algo de razón tiene: en los centros electorales se impuso la paz de la soledad. Las cámaras de los canales oficiales y sus réplicas adulantes no pudieron mostrar ni una filita de ciudadanos con la intención de sufragar. El sistema es muy rápido, argumentaban para justificar la invisibilidad de los electores. Por eso alargaron una hora más el cierre de las mesas.
El juego de la cúpula de Miraflores es doble. Las elecciones fueron convocadas como un anzuelo para pescar en el casi siempre río revuelto de cierta oposición y, a la vez, eliminar cualquier garantía de fiabilidad del proceso electoral. Los electores, después de la paliza del 28J, ya no son necesarios porque Amoroso [Elvis, presidente del Consejo Nacional Electoral] es un fiel servidor que sabrá dar unos resultados insostenibles sin que se le sonroje el rostro. La propia arremetida final del hombre del mazo también tiene un doble propósito: disuadir a los votantes y recordar que cualquier venezolano es una víctima potencial.
Competir en esa cancha sin rayas de cal ni porterías y con árbitros vendidos, sin siquiera poder apelar al VAR, parece también un juego destinado a convertir el acto central de una democracia en un accidente menor y prescindible. Ese sí es un plan para lo cual preparan la reforma constitucional que copiará el modelo cubano de elección que conduce a que siempre manden los mismos. Incluso después podrán desprenderse de Amoroso y su cuadrilla.
La última noticia dada por el sujeto del mazo sobre planes terroristas tiene, en su cuento, origen en Trinidad, lo que obligó al ministro de Defensa de ese país a emitir un comunicado de rechazo de tal despropósito. Lo que hace la cúpula que usurpa el poder en Venezuela se lo endosa a otros, dentro o fuera del país. Para un funcionario de cualquier nación más o menos normal, atento al cumplimiento de ciertas rutinas, debe resultar incomprensible el proceder de estos sujetos: fuera de toda lógica y alérgicos a usar las vías regulares de la diplomacia. Son estos los verdaderos enemigos de la paz, como lo prueba su cruel y cínica actitud de perseguir, desaparecer, encarcelar y callar a quienes se les oponen.