El Gobierno oficializó el regreso de las alícuotas plenas para cultivos de verano. Trigo y cebada conservarán el beneficio fiscal hasta 2026.
El Gobierno nacional oficializó este viernes la suba de retenciones para soja, maíz, sorgo y girasol a partir del 1° de julio, medida que había sido anticipada y resistida por el sector agropecuario. La norma, publicada en el Boletín Oficial mediante el decreto 439/2025, restituye las alícuotas previas a la rebaja de enero, pero prorroga los beneficios para el trigo y la cebada hasta marzo de 2026.
En detalle, la soja volverá a tributar un 33%, el maíz y el sorgo un 12% (antes 9,5%) y el girasol subirá del 5,5% al 7%. En cambio, el trigo y la cebada mantendrán una alícuota del 9,5% y sus exportadores tendrán 30 días hábiles para liquidar divisas, el doble del plazo anterior.
El decreto lleva las firmas del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo. La fecha elegida para el anuncio (a pocos días del inicio de la tradicional exposición de La Rural) generó ruido político en el sector, donde se especula con la presencia del Presidente en el evento.
Desde el Gobierno explicaron que la prórroga para trigo y cebada obedece a la necesidad de garantizar el flujo exportador en plena campaña 2025/2026. En contrapartida, la soja y el maíz (cultivos de verano cuya cosecha ya está avanzada) volverán al esquema tributario anterior.
Durante el primer semestre del año, la rebaja temporal de retenciones permitió anotar exportaciones por más de 43 millones de toneladas entre subproductos de soja, maíz, aceite y poroto, con un ingreso de divisas estimado en 5.000 millones de dólares.
A pesar de ese impulso, las entidades rurales reaccionaron con malestar. Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) expresó su “preocupación ante el impacto negativo” de restablecer los Derechos de Exportación y reclamó una reforma tributaria integral. Por su parte, Coninagro advirtió que la medida “genera desigualdad y afecta procesos aún inconclusos”, y pidió reglas claras y duraderas.
La tensión también se trasladó a los datos de siembra. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, ya se sembró el 72,7% del trigo (sobre 6,7 millones de hectáreas) y el 50,8% de la cebada (sobre 1,3 millones). En tanto, la Bolsa de Comercio de Rosario proyectó 7,1 millones de hectáreas de trigo, aunque redujo 100.000 por excesos hídricos.
En valor, las exportaciones de trigo y cebada representan ingresos anuales por 4.000 millones de dólares, además de ser claves para las economías regionales del centro y sur bonaerense.
Sin embargo, la decisión de subir las retenciones al maíz (cuya cosecha aún no concluyó) generó fuerte rechazo. Se estima que el 45% del área todavía no fue recolectada, lo que implica que gran parte de la producción saldrá al mercado bajo las nuevas condiciones tributarias.
Analistas advirtieron que la medida podría frenar la comercialización de soja y maíz en el corto plazo, afectando la liquidez y las decisiones de inversión para las próximas campañas. Si bien el Gobierno mantiene el foco en consolidar el superávit fiscal y reforzar reservas, las tensiones con el campo vuelven a escena, en un contexto de alta expectativa por los próximos gestos presidenciales hacia el agro.
Fuente: INFOBAE