martes, 1 julio, 2025
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Milei y Caputo vuelven a subir las retenciones a la soja y el maíz y ganan enemigos en el campo

Hoy, lunes 30 de junio, es el último día para que el sector exportador de productos agroindustriales liquide a un precio promocional: soja, maíz, girasol y sorgo (y sus subproductos) tributan por última vez con una alícuota reducida de derechos de exportación.

En otras palabras, el gobierno Nacional sube las retenciones al agro. El mecanismo recaudatorio es en realidad aplicado sobre los exportadores, quienes trasladan ese costo fiscal a los productores a la hora de comprar los granos. En este proceso, quienes pierden son los productores, que reciben un precio muy menor al que deberían, y parte de ese ingreso va a las arcas del Estado. Además, lo que reciben lo reciben en pesos, a diferencia de otros rubros de la economía que pueden facturar en dólares.

Desde mañana martes 1° de julio, las exportaciones de soja pasarán a tributar 33% en lugar de 26%, las de maíz y sorgo 12% en reemplazo del 9,5% actual, y el girasol aportará un 7% contra el 5,5% actual.

El sector agropecuario en general mantuvo las esperanzas de evitar esto hasta último momento, y aguardó un anuncio oficial al respecto. Lo que buscaban era extender el plazo que se inició en enero de este año, y prorrogar la baja de retenciones, algo que no ocurrió. Ni Luis Caputo ni Javier Milei hicieron anuncios de un decreto que extienda la medida.

La esperanza también estaba depositada luego del anuncio y la posterior oficialización de la prórroga de una medida similar para los granos de invierno, como trigo y cebada. En enero se habían anunciado bajas para todos los productos, pero estos dos lograron extender hasta marzo la promoción temporal.

En lo que respecta a soja y maíz, principales exportaciones argentinas, el ojo estaba puesto en la cosecha particular de este año, donde partidos enteros retrasaron las labores de recolección por las inundaciones. La especulación giró hasta último momento en encontrar algo de compasión ante los retrasos de cosecha.

El mercado asumió que las retenciones subirían y se anticipó con fuertes ventas

Si bien la luz de esperanza para mantener bajos los niveles de retenciones se apagó a último momento, el mercado comenzó a anticiparse y entre jueves, viernes y lunes, colocó ventas al exterior abultadas, dando por entendido que las retenciones subirían. La oficialización el viernes de la prórroga a trigo y cebada donde no se mencionó soja y maíz, generó un aluvión de ventas: Las retenciones subirían y el mercado lo sabe.

Durante la semana pasada se declararon ventas externas (DJVE) de poroto, harina y aceite de soja por un total de 6,58 millones de toneladas. Se trata de un volumen excepcional que, solo en el caso de la harina de soja, equivale al 12% de la oferta exportable estimada para la campaña 2024/25. En paralelo, también se informaron DJVE de maíz por 3,29 millones de toneladas, lo que representa cerca del 10% del total proyectado para este ciclo comercial.

Según el analista y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios Javier Preciado Patiño, lo anotado para exportar durante el período de baja de retenciones era de 21,4 millones de toneladas entre ambos granos. «Se anotó todo lo que se va a exportar en julio y buena parte de lo de agosto también», alertando a su vez porque esta medida además, genera problemas para el propio gobierno que se quedará sin liquidaciones en los próximos dos meses. «Desde ahora vamos a ver un Desierto del Sahara», dijo el especialista, en referencia a la escasez de ventas externas futuras.

Al igual que con lo que sucedía en anteriores gestiones nacionales, a quienes se les reclamaba un esquema de reducción y luego eliminación de retenciones, los exportadores calificaron este proceso fiscal como una mala señal.

«Sin señales claras de una tendencia a la rebaja, no vamos a corregir esta tendencia ni hay crecimiento productivo posible«, señaló Gustavo Idígoras, titular de Ciara-CEC la cámara que agrupa a los exportadores. Con esta medida, según analizó el experto, se complica la situación de muchos productores: «Insistimos tanto en que la baja de retenciones debería volver al momento de la próxima siembra, y no durante la cosecha para apurar ventas y exportaciones (como se hizo ahora). Tiene que haber un estímulo a la inversión y sostener eso en el tiempo».

Cómo impacta en la cadena productiva la suba de retenciones

La cadena de la soja, que abarca desde productores a industrializadores, esgrimió un argumento en línea similar: «Teníamos alguna esperanza en que la suba de retenciones no se repitiera«, dijeron desde ACSoja, la asociación especializada.

Respecto a la suba de retenciones, la entidad expresó: «Nos encamina hacia una nueva frustración en las expectativas de romper el estancamiento. Nos sigue quitando competitividad y especialmente al productor en este momento en que se realiza la planificación de la siembra de la futura campaña».

Ya sin efecto el operativo clamor que habían empezado días atrás productores de todo el país, fue la Mesa de Enlace la que se pronunció en sintonía con los exportadores. «No hay más margen para medidas discrecionales de corto alcance, que solo profundizan la incertidumbre y la desazón. El campo argentino necesita reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones», dijeron de forma conjunta Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales, Federación Agraria y Coninagro.

Lo que ocurrirá durante las primeras horas de mañana, donde se incrementará lo que recauda el Estado a costas de los productores no deja de ser dolorosa, por más que haya sido anunciada hasta el hartazgo. Fue el propio Javier Milei quien anunció que esta medida tenía fecha de vencimiento, al anunciar «avísenle a los del campo que liquiden, que en julio les vuelven a subir las retenciones«. Algo similar anunció el jefe de Gabinete Guillermo Francos la semana pasada, cuando dijo que el impuesto va a ser revisado «en los próximos años».

«Los números fríos de la campaña que estamos planificando muestran el quebranto que con esta desproporcionada carga fiscal tendrá la siembra de soja en vastas zonas del país», dijeron desde ACSoja.

Lo que denuncian los productores es que con los actuales precios de los granos a nivel internacional, las retenciones elevan los costos de producción a niveles insostenibles. «Con estas retenciones y costos en dólares altos, la agricultura en Argentina se volvió prácticamente inviable si no se cuentan con precios récord en Chicago. Y eso no está pasando», aseguró Roberto Palomo, dirigente ruralista del NOA.

Gobierno y el agro: quiebre del pacto de no agresión

De esta forma se empieza a resquebrajar la relación entre campo y gobierno, pero de formas complejas. El sector agropecuario es mayoritariamente afín a las ideas de Javier Milei, lo apoyó electoralmente, discursiva y culturalmente.

Lo seguirá haciendo, pero parece que se empieza a romper la credibilidad, y con ella la relación. Milei hizo campaña electoral apelando al sector agropecuario y la promesa de eliminar retenciones. Reiteradas veces habló ante tribunas de productores, y manifestó la necesidad imperiosa de eliminar las retenciones a 0 desde el primer día de gobierno. Aseveró que era totalmente realizable esa medida, y llegó a decir en relación a esto que «se cortaría un brazo antes de subir un impuesto». Este discurso fue rubricado ante medios de comunicación, donde exclamó que mantener las retenciones es un robo y se eliminarían desde el día 0.

Ya transcurrido un año y medio de gestión, en el que el agro le tuvo paciencia, ese pacto tácito de no agresión empieza a rechinar y se escuchan voces muy duras respecto de la gestión presidencial y la histórica promesa incumplida. Quienes lo apoyaron y votaron (y lo seguirán haciendo) le reclaman con dureza el cumplimiento de este histórico reclamo.

«Desde la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias venimos reclamando, desde hace meses y años, medidas urgentes y definitivas que atiendan los graves problemas de competitividad que arrastra el sector. Lo hemos hecho de manera institucional, en cada encuentro con legisladores, autoridades del Poder Ejecutivo nacional y de los gobiernos provinciales. Y lo seguiremos haciendo con responsabilidad y firmeza», dijeron desde la Mesa de Enlace, anticipando que desde ahora, la relación no será la misma.

De forma más dura se pronunció Carbap, la asociación de productores de Buenos Aires y La Pampa: «Instamos al Gobierno Nacional a honrar los compromisos asumidos durante la campaña electoral, trazando con urgencia un camino claro hacia la eliminación total de los derechos de exportación, y fortaleciendo al agro como verdadero motor del desarrollo nacional», dijeron en un comunicado titulado «El robo institucionalizado que nunca termina».

Por su parte, el ex secretario de Agricultura durante la gestión de Mauricio Macri y productor, Néstor Roulet, aseguró: «Te dicen que son liberales, pero fijan precios y fechas como en el kirchnerismo«.

Próximos pasos entre la relación entre el campo y el Gobierno

Desde ahora, habrá que mirar con mayor atención la relación entre campo y Gobierno, y también el rol de los gobernadores de las provincias productoras. Pullaro en Santa Fe, Frigerio en Entre Ríos y Llaryora en Córdoba, manifestaron en las últimas horas que es necesario replantearse el rol del Estado y el cobro de retenciones.

El próximo encuentro entre campo y gobierno debería ser en el escenario principal de la Expo Rural de Palermo que comienza el 17 de julio, organizada por la Sociedad Rural Argentina. El anfitrión Nicolás Pino, con contacto estrecho y directo con Javier Milei, invitó a inaugurar la expo al presidente, en lo que puede llegar a ser la ruptura definitiva con el sector, o la reivindicación del tándem económico del Poder Ejecutivo. Si hay anuncios en la previa de la expo, o durante, el rumbo puede cambiar.

Se habla por estas horas de un reclamo durante ese evento de productores autoconovocados, que están decidiendo una expresión visible, en la que quede de manifiesto el malestar generado por la falta de respuestas. Los autoconvocados suelen ser los más duros en términos de manifestación, ya que no se sienten representados por las entidades ruralistas.

De no hacerlo, el gobierno se encamina a una disputa abierta con el sector agropecuario, un aliado que lo bancó desde el inicio.

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