La falta de nevadas naturales llevó a reprogramaciones y rumores sobre el cierre del cerro Catedral. Los prestadores subrayan que Bariloche es más que nieve.
En plena temporada invernal, la ciudad de Bariloche enfrenta un desafío inusual: la escasez de nieve natural preocupa a prestadores, agencias de viajes y turistas. A diferencia de temporadas anteriores en que la acumulación blanca era abundante, este julio las precipitaciones no acompañaron, alterando el ritmo de reservas y forzando a algunos visitantes a reprogramar sus viajes para agosto.
Mientras tanto, el Cerro Catedral, el principal centro de esquí de Sudamérica, continúa en funcionamiento gracias al uso intensivo de nieve artificial. Con una red de 40 cañones que cubren 12 hectáreas y una producción de 99.000m³ hasta la fecha—más del 90% del objetivo para la temporada—la montaña garantiza pistas operativas en la base y sectores bajos, aunque las zonas elevadas permanecen inhabilitadas.
A pesar de rumores sobre un posible cierre del centro invernal, desde la Cámara de Turismo y los operadores locales insisten: la base sigue habilitada para principiantes, con un medio de elevación exclusivo para competencias y una densa cobertura de nieve artificial, ocho veces más resistente que la natural.
El impacto también afecta a Piedras Blancas, que suspendió todas sus actividades “hasta nuevo aviso”, y a los operadores de trineos, campas con raquetas y motos de nieve, que están en pause por falta de cobertura natural.
Bariloche, más que nieve
Con una ocupación hotelera cercana al 60%, aunque menor que en años anteriores, el sector apuesta a la contingencia y la diversificación. Los prestadores destacan el valor de desplegar alternativas como excursiones lacustres, paseos gastronómicos y circuitos por el Parque Nacional Nahuel Huapi, para complementar la experiencia invernal.
Para finales de julio, coincidiendo con el receso escolar de la provincia de Buenos Aires, se espera una recuperación de las nieves frescas. Sin embargo, si esta no ocurre, el destino deberá sostener su atractivo turístico sin depender de la nieve como eje central.
Desde Catedral Alta Patagonia subrayaron que, pese a la falta de nevadas, “la temporada está garantizada”, pues las áreas bajas operan con normalidad gracias a su infraestructura técnica—101000m³ (o más de 90% de la previsión) permiten mantener conectividad y actividad.
Finalmente, Sergio Herrero, secretario de Turismo de Bariloche, valoró la inversión en producción de nieve artificial y la respuesta del público: la ciudad mantiene un flujo constante de visitantes, especialmente estudiantes y turistas brasileños, saludables para el destino pese a la incertidumbre meteorológica.
La temporada invernal en Bariloche se enfrenta a la prueba de adaptarse a un clima adverso sin resignar su atractivo. La nieve artificial ofrece un alivio técnico, pero el verdadero desafío será sostener el interés de los turistas ante la ausencia del elemento natural que define esta experiencia.
Fuente: La Capital