lunes, 4 agosto, 2025
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El restó disruptivo que es punto de encuentro de latinos en una ciudad universitaria

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Entre callejuelas adoquinadas y edificios milenarios del casco histórico de Heidelberg, la ciudad con universidad más antigua de Alemania, un restó colorido llama la atención desde su nombre, ajeno a la tipografía germana: Che pana es una clara invitación a los latinos para encontrar todo el sabor de Argentina y Venezuela a miles de kilómetros de casa.

Castillo de Heidelberg desde Karlsplatz.

El restó, situado en el que fuera un típico bar germano, es atendido por dos inmigrantes establecidos en Alemania que notaron la oportunidad de cocinar recetas de América. Más aún, los inspiró la idea de fundar un sitio de encuentro para la gran comunidad de hispanos desperdigados por esta la ciudad, famosa por su castillo que es punto de referencia en toda la rivera del río Necker.

El pampeano Tomás Martino, uno de los fundadores de Che Pana, restó bar latino en Heidelberg

A pocas cuadras del castillo, en la calle Floringasse, Che Pana se estableció en un local que por décadas fue la vinoteca favorita de los habitantes locales de la ciudad, Sankt- FlorianStube.

Tomás Martino es argentino, de Alta Italia, La Pampa, un pueblo de apenas 1.500 habitantes. Raphael Pulgar Schwartz es caraqueño, con alma inquieta y corazón venezolano. Los dos se enteraron de que la vinería había cerrado durante la pandemia y resolvieron volver a dar vida al lugar.

Vista nocturna de la ciudad universitaria de Heidelberg y su imponente castillo iluminado.Shutterstock

“Nos conocimos en Alemania, y lo que comenzó como una amistad espontánea se transformó en un proyecto de vida: un bar que rinde homenaje a nuestras raíces, nuestros sabores y la energía de nuestras tierras natales”, relata Tomás.

“Levantamos un pequeño rincón que vibra al ritmo de América del Sur en septiembre del 2022. Es un espacio íntimo, lleno de aromas, calidez y sabor, nacido de nuestro sueño compartido, viniendo de mundos distintos pero con corazones afines”, agrega Raphael.

Tomás y Raphael en el frente de su local.

Así nació Che Pana: una fusión de expresiones, culturas y platos típicos, donde conviven empanadas argentinas, tequeños venezolanos recién fritos, vinos del sur y rones del Caribe. Todo servido en un ambiente relajado, con música cálida y un servicio que prioriza el trato humano.

Ya en la entrada, el visitante que llega desde Argentina se siente en casa: hay murales de Lionel Messi y de Diego Maradona. Se puede tomar un Fernet con cola, en lugar de beber la obligada cerveza alemana. Y hasta se puede pedir una milanesa, todo un hallazgo en el reino de las salchichas.

La calle donde funciona Che Pana Resto Bar.caoimhin mac giolla cathain

“Más allá del menú, es un lugar donde celebramos el encuentro: de culturas, de historias y de personas. Para nosotros, es la prueba viva de que la amistad puede cruzar fronteras y convertirse en algo tangible, sabroso y duradero”, sostiene el venezolano.

“Siempre dijimos que queríamos crear un lugar que se sintiera como casa, tanto para nosotros como para quienes vienen”. Y así fue. En Che Pana no hay clientes: hay panas, hay che… hay comunidad”, sostiene Tomás.

Empanadas argentinas en Alemania.

El restó es un descanso para los visitantes que no hablan alemán. Incluso desde afuera se escucha la música de Soda Estéreo. Si es un día de fiesta patria, hay folklore, o música del caribe venezolano.

“Estamos creando una fusión entre la comida venezolana y argentina, con sabores únicos que nacen de esta mezcla cultural que nos define”, afirmó Raphael.

Por caso, crearon una arepa rellena de carne argentina cocida a la parrilla. Los latinos, que son una comunidad enorme en esta ciudad, reservan su espacio con anticipación cada vez que necesitan encontrarse entre sí. O conocer gente nueva de su misma latitud.

El menú incluye clásicos argentinos, como la milanesa, y arepas o tequeños venezolanos.

“Por suerte, sentimos que la gente nos acompaña en cada proyecto que encaramos: música en vivo, jazz sessions, torneos de truco, transmisiones de fútbol… y lo más lindo es que logramos formar un equipo de trabajo increíble, donde todos tiramos para el mismo lado”, expresó Tomás.

Con este espíritu, los dos socios compraron un food truck para poder llevar Che Pana a diferentes lugares y eventos: todos los miércoles visitan pueblos cercanos a Heidelberg y llevan su gastronomía a nuevos rincones.

Ya fueron a Sandhausen y Nussloch entre otros pueblos de la región de la selva negra.

Cerca de Stuttgart – Schwarzwald – es un macizo montañoso con una gran densidad forestal ubicado al suroeste de Alemania, en el estado federado de Baden-Wurtemberg.

“En poco más de dos años Che Pana se convirtió en la casa de muchos latinos que están lejos de sus países, y también en la de muchos alemanes que quieren conocer nuestra cultura”, sostiene Raphael.

“Es algo único en la ciudad. El único bar sudamericano. Y el ambiente que se genera, sinceramente, es muy difícil de describir. Es hermandad, es sentirse en casa”, dice Tomás.

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