Naty Franz es instructora de yoga, creadora del Método NF y pionera del tapping (Técnica de Liberación Emocional) en la Argentina. Practica yoga desde los 17 años y meditación desde los 14, disciplina que le permitió superar un brote de psoriasis durante su adolescencia.
Naty Franz desarrolló el método NF, que integra la filosofía del yoga con herramientas de liberación como el EFT tapping, Ho’oponopono y movimiento libre, entre otras.
Una experiencia que la vas a poder probar en el Bienestar Fest, el festival que organiza LA NACION junto a OSDE. Naty se subirá al escenario el domingo dos de noviembre por la tarde. Si querés saber más sobre el festival y comprar entradas podés hacer clic acá.
¿Y si reírte fuera parte de sanar? ¿Y si un cambio de creencias pudiera cambiarnos la vida? ¿Y si lo que hoy sentimos como bloqueo… fuera solo el comienzo de nuestra liberación?
Todas estas respuestas son las que Naty promete responderte en Todo tapping-eleva tu energía: cuando sanar también es divertido, el show que presentará el próximo 25 de octubre a las 15:00 hs en el Paseo La Plaza. “Las entradas ya están en venta”, asegura Se trata de una experiencia de transformación, humor, ritmo y bienestar que invita a soltar, moverse y reconectarse con la alegría de vivir.
“Lejos del formato tradicional de una charla o taller, A Todo Tapping es un espectáculo vivo y participativo, donde el público no solo observa: vibra, ríe, respira, se emociona y… tappea. Porque sí, sanar también puede ser divertido”, afirma Naty que propone una fusión entre stand up emocional, movimiento consciente, tapping (EFT), meditación y música, en una hora y media de pura energía.
Es un viaje que combina la risa con la reflexión, la emoción con la acción, el cuerpo con el alma. Una experiencia donde cada persona puede liberar tensiones, transformar pensamientos limitantes y elevar su vibración de una forma descontracturada y alegre.
―¿Hace falta tener experiencia para ir?
―No, no hace falta tener experiencia previa, ni ser yogui, ni terapeuta o espiritual. Solo hace falta tener ganas de sentirse mejor y abrirse a algo nuevo. Sanar no tiene por qué ser solemne. Podemos liberar y transformar disfrutando. El humor también cura, y el movimiento despierta lo mejor de nosotros. Durante el espectáculo, los participantes descubren cómo el Tapping, una técnica de liberación emocional que combina el toque suave en puntos energéticos con afirmaciones conscientes, puede convertirse en una herramienta poderosa para cambiar la energía interna, reducir el estrés y reconectar con la alegría.
Todo esto integrado con el Método NF, una formación que dura nueve meses y que es el resultado de sus 20 años de estudios, autoconocimiento y sanación. Ella lo define como la unión entre la filosofía del yoga, herramientas holísticas y técnicas de liberación emocional. En los primeros seis meses, se estudia la teoría en torno al método y a las diferentes disciplinas holísticas (meditación, Pranayamas, asanas, manifestación, ayurveda y más), y se asiste a charlas a cargo de profesionales del bienestar. Los otros tres están enfocados en la práctica y en adquirir las herramientas para dictarlas.
―¿Es un show?
―No no es solo un show: es una experiencia de empoderamiento colectivo. Cada función se vive como un ritual moderno de energía positiva, risas y liberación. Una invitación a manifestar los sueños desde un estado de liviandad, gratitud y conexión. Las entradas ya están en venta en Plateanet o boletería del teatro.
―¿Qué te inspiró a ir al teatro?
―Quiero ayudar. Quiero que las personas puedan liberarse de los patrones que repiten y que tanto daño les hacen. Vivimos desde la separación, y desde ahí creamos nuestros problemas. Esa separación de los demás, de nosotros mismos, es la raíz del sufrimiento. Nos comparamos. La mente se activa y empieza a juzgar: nos creemos pensamientos que no son nuestros, definiciones que alguien nos impuso alguna vez. Y desde ahí, asumimos que sufrir es inevitable. Hoy estamos más conectados al teléfono que a nosotros mismos. Miramos hacia afuera, deseamos lo que no tenemos, nos comparamos con vidas que no son reales. Y eso solo alimenta la infelicidad, el vacío, la desconexión. El teatro es, para mí, un puente. Un espacio donde puedo hablar de esto, mostrarlo, transformarlo. Donde podemos mirarnos sin pantallas, sin filtros. Y quizás, empezar a recordar quiénes somos realmente.
― Hay quienes cuestionan tu métoco porque dicen que no cura…
-No. Mi método no cura. Complementa. Y lo más importante: está al alcance de cualquier persona. Por ejemplo, está científicamente comprobado que herramientas como la meditación y el uso de mantras pueden mejorar la autoestima, reducir la ansiedad, e incluso liberar traumas y bloqueos emocionales. No se trata de magia ni de fórmulas vacías. Se trata de volver al cuerpo, al presente, al ser.
-¿Cuál fue tu recorrido, cómo llegaste a esto?
-Cuando tenía 14 años, me diagnosticaron psoriasis. Me dijeron que era una enfermedad psicosomática. Entonces me hice una pregunta: “Si esto lo generé yo… ¿puedo también sanarlo yo?”. Y ahí comenzó mi camino. Creo profundamente que cada persona es protagonista de su vida, y que todo lo que nos pasa por fuera es un reflejo de lo que ocurre adentro.
Las herramientas que hoy comparto —tapping, yoga, respiración, meditación— no “curan”. Pero sí abren la puerta a una transformación real. A elegir de nuevo. A dejar de pelear con uno mismo.
―¿Y cómo saliste de la psoriasis?
―Fue en un instante. Un clic. Tomé la decisión de cambiar completamente mi vida y hacerme 100% responsable. Me empecé a observar. Por ejemplo, noté que dormir con mis hermanos me generaba mucho malestar: vivíamos peleando. Así que tomé una decisión que cambió todo: me fui al altillo de mi casa. Estuve casi un año trabajando sola para dejarlo y poder tener mi espacio. Fue mi primer acto de autocuidado consciente.
También empecé a cuestionar mis hábitos. Me di cuenta de que vivía criticándome, quejándome, peleando conmigo y con el mundo. Así que decidí hacer lo opuesto: quería empezar de cero. Me cambié de colegio. Quería que no tuvieran concepto de mí. Empezar de 0. Reemplacé la queja por la GRATITUD, practiqué la sonrisa… todos los días, y cambié mi personalidad.
―¿Cómo?
―Con pequeños actos diarios. Con decisiones simples pero valientes. No fue de un día para el otro. Pero paso a paso, fui renaciendo. No solo me cambié la piel completamente. Me curé de psoriasis (en ese momento no sabría que sería hasta el día de hoy) pero mi piel sanó por completo. Es que yo me había convertido en otra persona. Tenia otra actitud completamente diferente. Era una persona positiva, sabía lo que quería y no iba a parar hasta lograrlo. Es decir con cambios simples pero llenos de intención. Recuerdo un momento clave: Cuando uno desea otra posibilidad y se la da, las cosas se nos presentan. Un día, encontré un libro al lado del microondas: siempre había estado ahí. Nunca antes lo había visto. Las siete leyes espirituales del éxito, de Deepak Chopra. Lo abrí… y ahí estaba todo lo que necesitaba saber. Fui determinante y lo leía cada día. No paraba de repetirme lo que deseaba para mí. De escribir. Decretar. Transformar mi diálogo interno y empecé a hacer mucho servicio. Era chica, pero me la rebuscaba, trabajaba y ayudaba en comedores, colaborabas en las villas, mucho trabajo social en lo que sea, yo estaba ahí dando algo. Eso me ayudó mucho a mí, a salir de mi papel de víctima y sentirme protagonista. Y muy abundante.
Lo que pensás, es lo que vas a manifestar. Lo que decís, es. Y tus actos son el reflejo de todo aquello. No hay más. Ya lo tenemos todo.
―¿Cómo llegaste al tapping?
―Fue en España a mis 20 años cuando asistí a una psicóloga convencional que me enseñó la técnica para salir del pensamiento rumiante y la negatividad. Y con esa técnica de liberación emocional que trabaja con la psicología antigua, y la cognitiva que utiliza puntos de los meridianos del cuerpo en la medicina china, como hace la acupuntura. Es un golpeteo.
―¿Rompe con el paradigma de la psicología tradicional?
―Sí, definitivamente. A mí me gustan ambas. Utilizo la terapia tradicional también. Pero quizá en una sesión tradicional, muchas veces la persona repite su historia una y otra vez. Vuelve a contar lo mismo, revive el trauma, lo pasa por el cuerpo y el corazón como si fuera la primera vez. ¿El resultado? Lejos de que el problema se disuelva, muchas veces se refuerza. Se vuelve a activar. En cambio el enfoque del EFT es otro. No niega el dolor, pero no se queda a vivir en él.Hoy sabemos —y está comprobado científicamente— que herramientas como el tapping pueden ayudarte a reducir el nivel de estrés en minutos. No necesitás entender todo desde la mente para empezar a sanar desde el cuerpo. Porque el cuerpo guarda memorias, y también sabe liberarlas. Este método no reemplaza, complementa. Es parte de una nueva forma de mirar la salud emocional: más integral, más rápida y, sobre todo, al alcance de cualquiera.
―¿Cómo funciona esto?
―Te lo explico con un ejemplo simple: cuando tenés un pensamiento o emoción negativa y no la soltás, se transforma en un sentimiento. Ese sentimiento empieza a dirigir tus acciones, tus decisiones… y muchas veces te lleva por caminos que terminan enfermándote: Ansiedad, insomnio, ataques de pánico, migrañas, psoriasis, colon irritable… Todo eso que “aparece” afuera, muchas veces empieza adentro, con algo que no pudimos liberar.
―¿Y qué tiene que ver el tapping?
―Todo. Porque el tapping desbloquea. A través de un golpeteo suave en puntos específicos del cuerpo, se produce una liberación energética. El cuerpo empieza a drenar. La emoción se afloja. El pensamiento se despeja. Y salís, rápidamente, de ese lugar de estancamiento o bloqueo.
Te comparto una experiencia personal: mi hijo Gonzalo era muy chiquito cuando quedó encerrado en un ascensor con mi cuñado y mi sobrino. Quedó completamente traumado. No había forma de que volviera a entrar a un ascensor. Pero vivíamos en un piso 20. Se complicaba. Entonces, al tercer día, le hice tapping. Minutos después… estábamos subiendo en el ascensor. Sin miedo. Sin drama. Funciona.
―¿Y qué pasa con quienes dicen que es una visión simplista?
―Les diría que es más simple vivir con dolor y miedo que animarse a salir de ahí. Pero cambiar es una decisión. Una decisión de dejar de identificarse con el sufrimiento. Una decisión de romper con las creencias que nos atan, con las historias que nos contamos una y otra vez. Todo en la vida es movimiento. Nada es estático. Y todos tenemos bloqueos, traumas, heridas. La pregunta es: ¿Querés seguir cargando con eso o querés liberarte y vivir? Porque muchas veces vivimos como si no fuéramos a morir. Y morimos sin haber vivido de verdad. Con tanto drama acumulado… Y tan poca alegría vivida. Con tapping, con meditación, con conciencia, es posible liberarse. Es rápido, es simple, y lo más importante: es efectivo. Vivir es urgente. Y es ahora. La verdadera libertad empieza cuando te hacés responsable de tu vida. Si todos trabajáramos el cuerpo, la mente y el alma en coherencia con nuestros dones, el mundo sería otro. Donde hoy hay odio, habría abundancia. Donde hay miedo, habría amor. Y donde hay caos, habría presencia.