A cientos de kilómetros del campo, José María Arguedas encontraba en la costa un refugio junto a sus amigos y familiares. A pocos metros del mar, admiraba la serenidad del lugar, donde cada brisa soplaba suavemente su entorno. Con el tiempo, sin embargo, el espacio comenzó a transformarse, alejándose de su esencia original y despojándose de aquella calma que una vez lo envolvía.
El insigne escritor peruano encontró refugio y tranquilidad en el distrito de Supe Puerto, provincia de Barranca, departamento de Lima, donde vivió durante 22 años. Al cruzar el umbral de una casa alquilada, la paz que lo envolvía se fusionaba con la satisfacción de compartir momentos junto a su esposa, Celia Bustamante.
No era su casa, pero parecía serlo debido a que sus amigos solían visitarla para compartir gratos momentos. Blanca Varela y Fernando de Szyszlo la frecuentaban en verano, estación que se convertía en el pretexto perfecto para que Arguedas y su círculo se reunieran en la vivienda.
Esta vivienda fue ocupada por el literato y sus familiares solo durante los veranos. En una carta enviada al editor español Carlos Barral en julio de 1966, describe Supe Puerto, al que llegó por primera vez en 1943.
“No existía en el puerto un solo bote a motor. Había sido un importante puerto de embarque de azúcar. Pero la gran hacienda San Nicolás que está a pocos kmts. del puerto quebró después de la primera guerra mundial y vendió su refinería como fierro viejo al Japón. Desde entonces Supe se convirtió en una caleta de pescadores de corvina y de embarque de guano. Tenía una maravillosa playa y cuando llegué, ya solían pasar el verano en ese lugar algunas pocas familias de clase media baja. Alquilé una casa bastante grande en quince soles mensuales (30 pesetas)”, escribió.
La vivienda alquilada pronto llegó a ser propiedad de un familiar. El investigador Juan Luis Dammert escribió un artículo titulado “Supe: la novela trunca de Arguedas”, en el que, además de relatar la historia detrás de la obra literaria mencionada, hace referencia a la casa.
“La casa donde vivió Arguedas en Supe (jirón Lima 420) fue adquirida por Alicia Bustamante, su cuñada, hacia 1943, a un precio bastante cómodo, y fue habitada durante los veranos y tiempos de descanso entre ese año y fines de 1960. Acudieron muchos amigos a veranear y a visitarlos”, señaló.
Arguedas no dejó de pasar un solo verano hasta 1960, cuando se estableció la fábrica de harina de pescado, transformando al puerto en un vasto foco de humo pestilente. Es menester indicar que el autor de “Los ríos profundos” fue testigo de esta metamorfosis, mientras observaba cómo en el lugar convivían negros, cholos, indígenas monolingües quechuas, chinos y empresarios sin escrúpulos.
En otro fragmento del artículo de Dammert, se detallan aspectos de la casa y el proyecto que el literato soñaba realizar en Puerto Supe.
“(Fernando de Szyszlo) recordaba también cómo la casa de veraneo era fresca y amable, llena de visitantes y huéspedes en la temporada, y que él mismo había fabricado una rústica silla de madera para tenerla de mueble. Tuvo el proyecto de hacerse él también una casa en Supe, y hasta adquirió un terreno en el cerro al frente de la casa de la calle Lima con ese propósito. Cuando viaja a Europa se lo vende al arquitecto Sarria, que construye esa casa en el cerro, la que terminaría siendo adquirida en los años sesenta por Luis Banchero Rossi, y que finalmente es ahora la Capitanía de Puerto”, se lee.
En la calle Lima N° 420, distrito de Supe Puerto, provincia de Barranca, departamento de Lima, se encuentra la casa de José María Arguedas, una vivienda que en noviembre de 2018 fue declarada monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
A través de una resolución del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, publicado en el diario El Peruano, se establece que la Dirección de Patrimonio Histórico Inmueble del Ministerio de Cultura sustentó técnicamente la propuesta de declaratoria como monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación a la casa que habitó el escritor en la mencionada localidad costera.
“La casa de la ‘calle de Lima’ fue un estadio muy importante en la vida de José María Arguedas. (…) es importante porque es un testimonio material de la presencia vital de uno de los más insignes escritores peruanos del siglo XX; si bien la casa no posee valor arquitectónico. Valor, su valor radica en ser uno de los espacios centrales de creación de la obra literaria de Arguedas. (…) Significado, la casa es recordatorio y memoria de la vida de José María Arguedas y del pueblo de Supe Puerto que lo albergó en una etapa importante de su vida, y de cuya interacción surgió una obra notable”, se lee en resolución viceministerial.
El documento también señala que cualquier intervención en el bien cultural declarado Patrimonio Cultural de la Nación deberá ser previamente autorizada por el Ministerio de Cultura.