viernes, 31 enero, 2025
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Lanzan la campaña regional Remar Contracorriente por el Agua y la Vida, con eje en el Paraná y la soberanía sobre los ríos

Este domingo 2 de febrero se lanza para toda América Latina y el Caribe la campaña “Remar Contracorriente por el Agua y la Vida”, una iniciativa que reúne a más de 80 organizaciones y colectivos de todo el continente, entre los cuales hay dos de Rosario, para defender el agua, la vida y la soberanía de los ríos y cuencas. Estará enfocado en el río Paraná, y la iniciativa surgió a partir de la política de reprivatización de la gestión del corredor conocido como Hidrovía, los efectos ambientales, sociales y económicos que supone y el riesgo del aumento del calado sobre la dinámica del curso de agua, las poblaciones y la diversidad de vida del humedal.

El lanzamiento está previsto en dos partes, una virtual, a partir de las 17 para las cuencas de América Latina y el Caribe y otra local presencial a partir de las 18 en la Sala Mayo de la ciudad de Paraná, en Entre Ríos. Esta última está centrada en la Cuenca del Plata y el sistema hídrico Paraná-Paraguay.

El lanzamiento virtual será transmitido en simultáneo a través de Facebook live y las redes de la Campaña. Participarán referentes de organizaciones socio ambientales de América Latina y el Caribe y de la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande del Celam (Consejo Episcopal latinoamericano y Caribeño).

La presentación presencial será mediante una asamblea popular en la Sala Mayo de Puerto Nuevo, Paraná. Allí, referentes ambientales, sociales y políticos de la región abrirán el diálogo en la búsqueda de soluciones conjuntas para la protección del río Paraná, su cultura, sus comunidades, sus humedales y ecosistemas asociados.

La convocatoria continental, por su parte, invita a realizar múltiples remadas y actividades en defensa de los ríos. Surgió a partir de la situación que atraviesa Argentina por el proceso iniciado para la reprivatización de la gestión del corredor conocido como Hidrovía Paraná-Paraguay, con obras previstas a lo largo de su trazado que incluyen el dragado a 44 pies, lo que implica la destrucción de los humedales y el impacto negativo para las comunidades a la vera del río Paraná.

Entre las numerosas organizaciones sociales, sindicales, de pescadores y colectivos ambientales que participan de la movida se cuentan El Paraná no se Toca y la Multisectorial Humedales de Rosario.

La remada histórica contra la mega represa

La iniciativa “Remar contra corriente, por el agua y la vida” se inspira en la gesta protagonizada por dos pescadores artesanales del río Paraná que en 1996 remaron en la canoa “Enamorada del río” durante 22 días desde Ituzaingó (Corrientes) hasta Paraná (Entre Ríos) para despertar la conciencia de los pueblos del litoral en defensa de su río e impedir la construcción de una mega represa hidroeléctrica que con capitales privados extranjeros, el aval del gobierno argentino y el apoyo del gobierno de Estados Unidos se preveía a construir en el Paraná Medio.

Se trataba de un proyecto con enormes impactos ambientales, sociales y ecológicos que se logró impedir por una gran resistencia popular que culminó con la sanción de la ley de Entre Ríos 9092/97, Ley de la Libertad de los Ríos.

Lo que se viene, en marzo

Con el ejemplo de aquella remada, el pescador y activista Luis Cosita Romero (quien con el fallecido Raúl Rocco navegaron la Enamorada del río»), junto a referentes ambientales, liderará una nueva remada el próximo marzo recorriendo el Paraná desde Formosa hasta Santa Fe, con paradas en distintas localidades de la cuenca para visibilizar los problemas que enfrenta el río y promover la acción ciudadana.

Del humedal a la autopista

Los organizadores de las convocatorias recordaron que el río Paraná, junto con el Paraguay, forma el corredor de humedales de agua dulce más extenso del planeta. Y afirmaron que bajo el modelo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, el curso de agua ha sido transformado en «una autopista de explotación al servicio de grandes corporaciones, desconectándolo de su naturaleza viva y su rol esencial como proveedor de agua, sustento y cultura».

Eso, siguieron, produce enormes impactos ambientales. En ese sentido, resaltan que la propuesta de aumentar el calado del río a 44 pies desestabilizaría ecosistemas críticos, afectando humedales esenciales que regulan inundaciones y sequías, perjudicando la calidad del agua y actividades como la pesca artesanal.

En lo social, señalan, las comunidades costeras enfrentan riesgos como la contaminación del agua potable y el desplazamiento, agravando las desigualdades sociales en un contexto de crisis
climática.

Las consecuencias económicas, son de soberanía y concentración: mientras el 80% de las exportaciones agroindustriales argentinas sale por el Paraná, la gestión privatizada «perpetúa el saqueo de recursos y la evasión fiscal, dejando a las comunidades fuera de los beneficios».

Un llamado a la acción colectiva

“Remar Contracorriente” convoca a la ciudadanía, comunidades locales, pueblos originarios y movimientos sociales a unirse en defensa de los ríos, reivindicando el rol del Estado y de las provincias en la gestión de los recursos hídricos. «Defender el Paraná y nuestras cuencas es proteger nuestra historia, identidad y futuro», resume el documento.

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