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“Dramática y extensa”. Así define el arquitecto londinense Ned Scott la remodelación de esta propiedad victoriana que transformó para vivir junto a su pareja y sus dos hijos. Ubicada en Peckham, un barrio al sur de la ciudad que hoy seduce por su propuesta cultural y gastronómica, la casa pertenecía a un artista.
«La casa tenía muchas características excéntricas y llenas de carácter, pero necesitaba adaptarse a las necesidades de una familia con niños pequeños.»
Arq. Ned Scott, fundador de Estudio Folis y dueño de casa
Docente en la Universidad de Greenwich, fundador de Foils, la firma de arquitectura que inauguró con la remodelación de su propia casa, y director de Oddment, un estudio en el que junto a un socio desarrolla espacios urbanos pequeños y olvidados, la casa fue el desafío perfecto para Ned.
Lo primero que encontró Ned al visitar la casa fue una distribución poco convencional: cocina y living en planta baja, un estudio y un cuarto en el primer piso, y dos dormitorios muy pequeños en un entrepiso.
“Dado que la casa original era demasiado grande, pudimos aumentar la capacidad haciendo una remodelación sin ampliación”, cuenta Scott.
“La casa era el producto de muchas modificaciones graduales y ad hoc por parte del propietario anterior, lo que significaba que muchos elementos necesitaban renovarse o reemplazarse por completo”, explica. Para adaptar la vivienda a los requerimientos de su familia, Scott diseñó una nueva configuración que le permitió añadir dos dormitorios, dos baños y un lavadero.
Aunque a nivel diseño y planificación el planteo de Scott era “bastante sencillo”, a nivel estructural representaba desafíos importantes: el primero, la eliminación de -casi- todos los muros internos y pisos existentes para crear un entrepiso en el segundo nivel.
“Mientras se instalaba una nueva estructura interna de acero para crear un espacio de entrada de doble altura y ancho completo y una abertura vertical de altura completa para la nueva escalera hubo que hacer un apuntalamiento temporal que sostuviera los pisos y el techo”.
Construida originalmente como “casa de carruajes”, Scott conservó algunos elementos característicos de la casa como las aberturas originales, la puerta o la chimenea en espiral.
“Dada la orientación de la casa y la falta de espacio en la parte trasera de la propiedad, una idea clave del diseño fue maximizar la luz a través de la fachada que da a la calle”.
La circulación incómoda y fuera de las normativas vigentes fue el puntapié inicial para la construcción de una gran escalera azul que dicta el carácter de la casa.
La escalera se hizo en cinco secciones a partir de láminas de madera contrachapada que fueron ensambladas en el lugar al nivel del suelo y elevadas con la ayuda de un manipulador telescópico.
El espacio de doble altura y la incorporación de ventanas internas fueron clave para lograr llevar luz a los ambientes del primer piso y proporcionar vistas al espacio central.
“Siempre me ha interesado el diseño de escaleras y, como la casa necesitaba una nueva, fue una gran oportunidad para convertirla en un elemento clave del nuevo diseño”, cuenta Ned.
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