El día posterior a la represión que las fuerzas de seguridad protagonizaron en Plaza de Mayo, con motivo de frenar el avance de jubilados y manifestantes en la marcha por los adultos mayores, en el Gobierno comenzaron a lanzar una serie de acusaciones mediáticas. Pero ninguna de esas denuncias tendrá correlato judicial.
Así lo expresaron desde Balcarce 50. Si bien todos los actores del oficialismo, y en distintos niveles, hicieron foco en acusar a los partidarios de Cristina Kirchner de promover violencia y hasta un «golpe de Estado», versión que abonó el jefe de Gabinete Guillermo Francos, no hay un plan para llevar esas palabras a una presentación judicial.
Sí en cambio existe plena confianza que tras los incidentes y la aparición de presuntos “barrabravas” en la movilización, hay margen para que avance un proyecto de ley “anti barras”. La idea partió de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y ya está en elaboración. De hecho, la idea que hay es que los barras sean declarados como miembros de una asociación ilícita y sean juzgados por delitos con fuertes penas de prisión. Para diputados libertarios, es una iniciativa que podría tener consenso en el Parlamento.
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Por otro lado, es otro tema que el oficialismo podría colocar en agenda para desviar el foco de los efectos de la convocatoria y del criptogate, un problema para La Libertad Avanza del que todavía no puede escapar y del que hay novedades todas las semanas. Miembros de LLA que transitan los pasillos de la sede de gobierno, son conscientes de ello.
«Fue una marcha organizada por patotas, por barrabravas, por distintos sectores que buscan la desestabilización», resaltó la titular de la cartera de Seguridad al momento de hacer el anuncio.
Además, sostuvo que se identificó a «Leandro Caprioti, el máximo organizador de la marcha, que quiere ser presidente de Chacarita, un protegido de Luis Barrionuevo». «Lo vamos a poner en la denuncia que vamos a presentar hoy con la Ciudad de Buenos Aires», detalló.
Por la ministra de Seguridad brotaron elogios: en la Casa Rosada, aplaudieron su tarea y desestimaron las consecuencias de las tareas represivas que los efectivos llevaron a cabo, que incluyeron el ataque a un fotógrafo como Pablo Grillo mientras ejercía su tarea y en grave estado. “Patricia hizo lo que tenía que hacer, no le tiembla el pulso”, resaltaron.